En medio de una generalizada ambigüedad y tibieza diplomática sobre el asedio israelí sobre la Franja de Gaza, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido bastante contundente. Aunque ha expresado su "enérgico rechazo" a las "provocadoras e irresponsables" actitudes de los extremistas de Hamás, fundamentalmente ha condenado la "absolutamente desproporcionada" reacción de Irsael, al que recuerda que "éste no será el camino que lleve a la paz y a la seguridad a su pueblo".
Zapatero, que ha ofrecido una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa, considera que "no hay una solución militar" al conflicto en Gaza. "La seguridad es vital para Israel y los ciudadanos, pero poner esta conquista en la fuerza de las armas sin atender a los daños enormes e irreparables a la población inocente, es un camino sin salida", ha señalado el presidente del Gobierno.
España, que está en coordinación con Francia y Turquía para "presionar conjuntamente" y obligar a las partes a decretar un alto el fuego, se ofrece a participar en los mecanismos de coordinación y supervisión de un alto el fuego que garantice "la seguridad de los israelíes" y "una vida digna" a los palestinos de Gaza. "La situación exige retomar la senda de la reconciliación palestina bajo su legitimidad internacionalmente reconocida y restablecer la plena normalidad de los pasos fronterizos".
Frente a la postura de otros países —como Estados Unidos, que se opone reiteradamente a condenar a Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU—, España considera que el recrudecimiento de las hostilidades "retrasa el tiempo de la solución, que es la paz a través del diálogo político, el reconocimiento de los dos estados, unas fronteras justas, respetar las resoluciones de la ONU y un horizonte de convivencia".
Mientras, en El Cairo (Egipto), las delegaciones de la Unión Europea y la Liga Árabe intensifican los contactos para encontrar una solución diplomática al conflicto. Sin embargo, no parece que vayan a ser muy frutuosos estos esfuerzos, ya que el Gobierno israelí descarta cualquier tregua a su asedio a Gaza. En una comparecencia en el Parlamento, el ministro de Defensa, Ehud Barak, ha asegurado que con esta ofensiva Hamás "ha sufrido un durísimo golpe", pero que aún queda "alcanzar las metas marcadas: crear una nueva realidad" en Gaza.
En este objetivo se enmarca la segunda fase de la 'operación Plomo Fundido'. Tras nueve días de intensos bombardeos, el domingo de madrugada las tropas terrestres israelíes decidieron introducirse en territorio palestino con el objetivo de buscar y destruir "infraestructuras terroristas". Durante el día de ayer y esta pasada madrugada se han contabilizado más de 40 víctimas mortales —entre ellas, una familia al completo con sus cinco niños—. Las cifras de muertos desde el inicio del ataque el pasado 27 de diciembre se eleva a más de 500 palestinos muertos —un tercio de ellos civiles, según la ONU— frente a cinco israelíes —uno de ellos un militar—.
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