El Ministerio de Sanidad se complace a sí mismo porque su anuncio ha conseguido más de 200.000 visualizaciones en YouTube y lo considera un éxito en internet. Sin embargo, no se han atrevido a mencionar que detrás de tantas visualizaciones hay un motivo: La mofa.
¿Alguien recuerda las Keli finder? Esas "mágicas" zapatillas que te ayudaban a encontrar casa porque no había ningún político decente que te ayudara a conseguirla. Un anuncio fruto de las mentes pensantes del Ministerio de Vivienda: caro (140.000 euros), casposo y denigrante para los jóvenes que tuvo bastante éxito en internet si nos atenemos a las visitas y su repercusión en la red. Claro que si vamos un poco más allá, nos damos cuenta de que la repercusión en la red fue consecuencia de la indignación de los jóvenes ante una campaña tan vergonzosa.
El caso es que la hazaña publicitaria vuelve a repetirse unos años después. Tras la aparición de unos polémicos resultados que muestran un alarmante aumento de embarazos no deseados en España con una duplicación del número de abortos en 10 años, el Ministerio de Sanidad decidió actuar. Pero en lugar de dedicar sus esfuerzos a promocionar la educación sexual en institutos (opción clave según la mayoría de especialistas en la materia) se enfocó en una campaña publicitaria multimedia que "conectara" con los jóvenes.
El primer error fue, sin duda, no tener en cuenta la promoción de la educación sexual en las aulas. Un anuncio difícilmente va a educar a alguien o va a conseguir modificar un patrón de comportamiento. Si un tercio de los jóvenes españoles no se atreve a decir que no cuando la pareja no quiere utilizar preservativo, un spot (por muy molón y superenrollado que sea) no va a cambiar eso. Además, la educación sexual en el instituto es prácticamente nula en España. A la vista de los resultados de esta última década, ¿no va siendo hora de cambiar todo eso?
Sea por lo que sea, se decidieron por la solución rápida y fácil: Campaña publicitaria promocionando el uso del preservativo... y a volar. Aún así, había algún rayo de esperanza. La campaña publicitaria podría haber sido buena y podría haber convencido a algún joven sobre la importancia del uso de preservativos. Desafortunadamente, no sólo no ha sido así sino que estoy por afirmar que algún joven puede que se haya echado atrás en su convicción de usar condón. La campaña, lejos de conectar con el público joven, ha conseguido ser un objeto de mofa del colectivo. Como resultado: Vídeos parodiando el anuncio y comentarios muy críticos y duros contra el mismo: Parodia en Buenafuente, parodia en El Intermedio, y varios foros de jóvenes criticando la campaña.
El Ministerio de Sanidad se congratulaba hace dos días por el elevado número de visitas en YouTube. No sé si lo hacían por ignorancia o por no evidenciar la vergonzosa verdad. Hay éxitos y "éxitos". Éxito podría considerarse un spot publicitario que hiciera a los jóvenes pensar y plantearse el uso de preservativos y que, al cabo de unos años, viéramos un descenso en el número de embarazos no deseados y de abortos. Sólo cuando esas cifras descendieran podríamos hablar de un verdadero éxito.
"Éxito" es el caso de ahora en donde, sin tener en cuenta si ha calado en la población joven y sin saber si conseguirá descender el número de abortos, nos ofuscamos única y exclusivamente en las visitas, que han sido muchas pero no decimos por qué. No decimos que el "éxito" del anuncio en YouTube es comparable al "éxito" del "No cambié, no cambié, no cambié" de Tamara. No decimos que nos están acusando de plagio por cierta similitud con una canción de un famoso rapero (Actualización: Los autores de la campaña han anunciado que denunciarán al rapero). No decimos que la campaña nos ha costado más de dos millones de euros. Tampoco decimos que la campaña se está convirtiendo en un objeto de burla.
Pero, principalmente, no nos atrevemos a decir una cosa tan sencilla como ésta: Que nadie hace caso a los objetos de burla.
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