Quito.- El rejoneador español Álvaro Montes y el torero ecuatoriano Juan Francisco Hinojosa cortaron hoy orejas en la corrida mixta celebrada en la Feria de Quito "Jesús del Gran Poder".
El hispano Antonio Barrera se fue de vacío en la sexta corrida del ciclo ferial que concluye el próximo sábado.
Con tres cuartos de entrada en los tendidos se lidiaron ejemplares del ganadero Cristóbal Roldán, con encaste español Santa Coloma (primero, segundo, tercero y sexto) y de la dehesa Peñas Blancas (cuarto y quinto) con un peso promedio de 510 kilos, que desarrollaron sentido y algunos pitados en el arrastre.
Montes salió al paseíllo con chaqueta azul y sajón negro, Barrera vistió de blanco y oro, mientras que Hinojosa de verde botella y oro.
Abrió el festejo el rejoneador, ante "Hurón", un toro negro entrepelado, lucero, brocho, de pobres pitones, al que lo recibió con su jaca "Jamo" para dejar tres rejones de castigo y cinco farpas, dos de ellas al violín para matar al sexto viaje, escuchar un aviso, tibias palmas del público, que pitó al toro.
En el que cerró plaza, "Lisito", Montes lo recibió a portagayola con la garrocha, entre ovaciones de la parroquia, dejó dos rejones de castigo, se adornó con dos banderillas al quiebro, otro par al violín y dos rosas para dejar un rejón de muerte fulminante, al segundo viaje, y recibir una oreja y palmas al toro en arrastre.
Antonio Barrera empezó su lidia con "Comandante", al que le saludó con cuatro verónicas y media aplaudidas, y luego confirmar su alternativa en Quito, de manos de Hinojosa (de menor antigüedad), para cuajar series sobre las dos manos y matar al tercer viaje, con palmas para el torero y burel.
Con su segundo enemigo, "Marismeño", castaño tostado, Barrera casi no mostró nada con el percal, mientras que con la muleta su labor fue sobre las dos manos, aunque sin entrega del diestro, que abrevió y mató a su oponente en el segundo viaje. Silencio al torero y pitos al toro en el arrastre.
Hinojosa, con "Rayito", un toro astifino, acapachado de pitones que manseó de salida, ejecutó verónicas sobre piernas, pero en varas el toro se rajó y buscó tablas, por ello la labor del diestro fue de aliño para matar de media estocada desprendida que hizo efecto. Silencio y pitos al toro.
En su segundo, "Coqueto", de salida suave, el criollo lo recibió con seis verónicas y al quite por chicuelinas para seguir en la faena con derechazos y naturales, molinetes y en el fondo música, manoletinas y matar con estocada efectiva, por lo que el diestro recibió una oreja y los despojos del toro una vuelta al ruedo.
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