Valladolid.- Una España en descomposición, envuelta en el estertor del Antiguo Régimen y convulsionada por la invasión Napoleónica evoca una exposición sobre el bicentenario de la Guerra de Independencia, inaugurada esta tarde en Valladolid y que destaca la importancia geoestratégica de Castilla y León en ese conflicto.
"La nación recobrada. La España de 1808 y Castilla y León" es el título de un recorrido por uno de los periodos más determinantes de la historia moderna de España, a través de una muestra organizada por la Junta de Castilla y León y que ahora llega a Valladolid, su segunda y definitiva sede, tras su paso por Salamanca.
Más de doscientas piezas originales entre cuadros, armamento, mobiliario y documentos sitúan al visitante en la agonía del Antiguo Régimen de un país con una sociedad y economía afectadas principalmente por las desamortizaciones decimonónicas y la extinción de los privilegios señoriales.
Así lo ha puesto de manifiesto el comisario de la exposición, el catedrático e historiador Luis Miguel Enciso, antes de recorrer sus distintas estancias en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Prado junto a la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, María José Salgueiro.
Frente a la dramática situación política y social de la España de finales del siglo XVIII y principios del XIX, el repertorio expositivo también destaca el esplendor artístico y literario, entre otras artes, que trajeron pintores como Francisco de Goya y Salvador Maella, e incluso la arquitectura resultante de las nuevas transformaciones urbanísticas del momento.
La instauración del nuevo régimen liberal, con la Constitución de Cádiz (1812) como exponente máximo, remiten a esa nación recobrada a que alude el lema de una muestra donde se exhiben dos cuadros de Goya y de Sorolla, entre cerca de cuarenta óleos, y que se clausurará el 10 de febrero de 2009.
El visitante puede contemplar también mobiliario de la época, e su mayoría procedente de las colecciones del Palacio Real, como una mesa de juego, dos tocadores, varios tapices sobre bocetos de Goya y una silla de manos de la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, y una carta remitida a este monarca por parte de Napoleón.
Dentro del apartado de armas y objetos militares dan buena cuenta espadas y sables ingleses, franceses y españoles, piezas de artillería de diferente calibre, varias bayonetas y un maletín-neceser de campaña con las iniciales y la corona ducal del Duque de Wellington, aliado de España y Portugal contra Napoleón.
La etnografía también tiene su apartado con enseres propios de costumbres o hábitos de la época, casos de diversas prendas de vestir, piezas de cerámica, instrumentos científicos, tabaqueras y naipes, junto a una colección de medallas y monedas de bronce, plata y oro con las efigies de Carlos IV, Fernando VII, Napoleón y José I.
Entre los museos e instituciones que han prestado el muestrario figuran el Palacio Real, el Musée Nacional des Chateaux de Versalles y de Trianón, el Museo Goya de Castres, el Schweizerische Landesmuseen de Zurich y el Museo de Bellas Artes de Estrasburgo.
Castilla y León, por su amplitud geográfica y situación geoestratégica, fue escenario de numerosas y célebres batallas (Astorga -León-; Cabezón de Pisuerga y Medina de Rioseco -Valladolid-; Ciudad Rodrigo -Salamanca-; y Torquemada -Palencia-), y de algunas decisivas para el devenir y desenlace final de la Guerra de la Independencia (1808-1812), como la de Los Arapiles (Salamanca), en julio de 1812.
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