¿Hay suficiente información sobre el proceso de Bolonia? La pregunta parece sencilla, pero la respuesta, como sucede en casi todo lo que rodea al controvertido plan de reforma de la universidad, es de todo menos unívoca. La contestación más lógica entonces (aunque de perogrullo) sería "depende de quién lo mire".
El diagnóstico de las autoridades universitarias es que falta. Por eso, ante el aumento y el ruido de la actividad anti-Bolonia, los rectores de las cinco universidades más afectadas por los movimientos contrarios a las reformas educativas han pedido al Gobierno que emprenda una campaña informativa. Algo así como la que se llevó a cabo con la implantación del euro, según una noticia que publicó ayer El País.
La campaña, cuyo diseño correría de la mano de la secretaría de Estado de Comunicación y de los ministerios de Educación y de Ciencia, es la respuesta del Gobierno a la llamada de auxilio que los rectores hicieron la semana pasada en forma de carta. Ésta se reiteró esta misma semana en un encuentro con la ministra Cristina Garmendía y en la reunión del Consejo de universidades (los rectores de las 76 universidades públicas y privadas españolas más los representantes del Gobierno). Las autoridades educativas cierran así filas en torno a la implantación de este acuerdo entre 46 países europeos que contempla la homologación de los títulos, el fomento de la movilidad de alumnos y profesores y la creación de un sistema común de créditos en el conjunto de la UE.
Sin embargo, y a pesar de la respuesta del Ministerio, el punto de vista de los rectores dista bastante de los mensajes transmitidos por las autoridades de esa cartera. El martes, sin ir más lejos, el secretario de Estado de universidades, Màrius Rubiralta, descartó que no haya habido información suficiente sobre los cambios en la universidad española. Rubiralta dijo que, desde hace años, todas las páginas web de las universidades tienen colgada prolija documentación sobre Bolonia y achacó la falta conocimiento de los estudiantes a las nuevas remesas que cada año llegan a las facultades. ¿En qué quedamos entonces? ¿Hace falta más información o no?
Sea como sea, una vez más, el controvertido 'proceso Bolonia' se convierte en un fenómeno caleidoscópico del que cada uno tiene su propia opinión. El debate en torno a si existe mucha o poca información ha sido uno de los más manidos en todos estos meses de agria polémica. Por una parte, algunas voces acusan a los estudiantes anti-Bolonia de estar desinformados. Por ejemplo, el suplemento universitario Campus del diario 'El Mundo' publicaba la semana pasada un reportaje sobre los lugares comunes y leyendas que algunos estudiantes han estado difundiendo en torno a Bolonia.
La acusación de desconocimiento no es, sin embargo, patrimonio exclusivo de los alumnos, sino también de los profesores y del propio Gobierno. Esta misma semana, en un interesante artículo publicado en El Periódico de Cataluña, Enric Colet hacía un análisis sobre este asunto, en el que achacaba el nivel de desconocimiento a "la incapacidad política para dirigir un proceso complejo y estratégico para nuestro futuro". ¿Y los alumnos? "Nadie les explica nada de forma coherente", añadía Colet. "Escuchan a los profesores desinformados cómo expresan sus temores y son víctimas de aquéllos que tienen el deber de servirles y de ayudarles a buscar la verdad y la justicia".
Incluso desde las asambleas de trabajo contra Bolonia reconocen que la mayoría de los alumnos no tienen mucha idea de en qué consiste. "Unos acaban de llegar a la universidad, otros están muy centrados en sus carreras y otros no tienen interés por el movimiento estudiantil", explica Olga Arnáiz, portavoz de la Asamblea de Estudiantes Contra Bolonia de Madrid. No, el perfil del alumno medio no es el mismo que el de aquellos estudiantes que, durante horas, aguantaron el pulso en un debate sobre el futuro de la educación superior al presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, Ángel Gabilondo, y al rector de la Complutense, Carlos Berzosa.
Los estudiantes que más se han significado contra Bolonia también piensan que no ha circulado la información suficiente sobre la creación del Espacio Europeo de Educación Superior y el cambio de las titulaciones. O, mejor dicho, que no se ha dedicado ningún esfuerzo a 'desencriptarla'. "Nunca ha habido más que los documentos oficiales que se cuelgan en las páginas de los ministerios y que son públicos para todos", afirma Arnáiz. "No ha habido afán de facilitar al estudiante el acceso a la información, ni folletos explicativos que resumieran las leyes, nos las hemos tenido que estudiar nosotros mismos", añade.
Y precisamente esta carencia es la que ha dado lugar a uno de los puntos más llamativos de las protestas estudiantiles. La falta de información que denuncian se tradujo de inmediato en las ya conocidas huelgas 'a la japonesa' en las que se dedicaban a estudiar toda la documentación relativa al proceso de Bolonia, tanto europea, como nacional. Ésta es la minoría de alumnos que es capaz de citar de memoria lo que dice el Real Decreto de ordenación de enseñanzas universitarias oficiales o los criterios que emplea la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación a la hora de valorar los grados.
¿Y tú? ¿Sabes lo que es y lo que implica Bolonia? Si estudias en alguna universidad, ¿crees que se ha difundido suficiente información sobre la creación del Espacio Europeo de Educación Superior? ¿Y al conjunto de la sociedad?
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