Madrid.- La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, ha contado a su regreso de Bombay que nunca pensó que estaba viviendo un atentado terrorista, pero que en el caos que se produjo en su hotel llegó a perder los zapatos y pisó "bastante sangre" mientras trataba de escapar de aquel lugar.
Aguirre ha llegado a la sede de la presidencia regional en la Puerta del Sol pasadas las 11,20 de la mañana, procedente del aeropuerto de Barajas, donde su avión aterrizó alrededor de las 10,00 horas procedente de Zurich, donde había viajado anoche desde Bombay.
A su llegada al aeropuerto madrileño ha sido recibida por su marido, sus hijos, su nuera y ha podido hablar con su madre de esta experiencia, de cuya peligro no ha sido consciente hasta que leyó la prensa internacional en el avión y comprobó que en Bombay se habían producido en las últimas horas decenas de muertos y centenares de heridos.
Con buen aspecto, aunque no se ha podido cambiar de ropa en las últimas 24 horas, Aguirre ha sido recibida en la Real Casa de Correos por su Gobierno en pleno con besos y abrazos, los mismos que también le han dado la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría; del jefe de Gabinete del presidente del PP, José Moragas, y del diputado del partido Francisco Villar.
La presidenta, muy tranquila, ha preguntado a su equipo en tono de broma "qué es lo que pasaba" y si "hoy no se celebra el Consejo de Gobierno" habitual de los jueves, mientras se disponía a contar su experiencia a decenas de periodistas.
Ha deseado ante todo el regreso rápido a España de los once miembros de la delegación madrileña que continúan en Bombay alojados en la residencia del cónsul César Alba, así como del resto de empresarios y españoles que aguardan al avión español que les traerá a nuestro país.
Aguirre ha agradecido el apoyo y el afecto que ha recibido desde España de los Reyes, el Príncipe de Asturias, el presidente del Gobierno, otros miembros del Ejecutivo y del presidente del PP.
Ha agradecido las gestiones del titular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y del embajador de España en India, Ion de la Riva, para repatriar a España a los compatriotas que permanecen en Bombay, tres de los cuales, según ha dicho, siguen retenidos pero en buenas condiciones en el Hotel Oberoy.
La presidenta ha explicado que hacia las diez menos cuarto de anoche, hora local, la delegación madrileña llegó al hotel Oberoi donde "todos" pasaron por el arco de seguridad y fueron recibidos por el personal con el tradicional "punto rojo en la frente, el collar de pétalos de rosa" y un zumo.
En ese lugar, Aguirre se encontró con el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, que no formaba parte de su viaje oficial a la India, pero estaba allí para repatriar el cadáver de un hermano, fallecido el día anterior en Bombay.
La presidenta, que es amiga de Foxá desde la infancia, ha explicado que estaba abrazada al alcalde escuchando "su dramático relato" cuando escuchó "un ruido de cristales que caían del techo" que se tornaron luego en "una ráfaga de metralleta, un tiroteo continuo, seguido de una gran confusión entre el personal que corría en medio de gritos y empujones".
Ha explicado que el alcalde y ella misma se refugiaron detrás del mostrador de la recepción y "cuando arreciaron los tiros" escaparon por la cocina del hotel, desde donde alcanzaron la calle, no sin que antes Aguirre perdiera una de las alpargatas que acostumbra a ponerse entre actos.
"Pisé bastantes charcos de sangre, pero no vi terroristas, armas ni muertos, solo una mujer herida" ha explicado Aguirre que alcanzó la calle medio descalza y se subió a un coche junto a su asesor, Regino García Badell, el director de Promomadrid, Jesús Saínz, la asesora de esta empresa Bárbara Cabrera y el alcalde de Majadahonda.
Con ellos ha regresado a España, salvo con Foxá, que sigue en Bombay.
Mientras tanto, el resto de la delegación consiguió escapar de los tiros por otra puerta del hotel para alcanzar el malecón de la playa, donde "la Policía les cercaba y no les dejaba moverse".
El peor momento que ha vivido la presidenta, según ha confesado, fue cuando su coche quedó atrapado en un atasco junto a la terminal del aeropuerto de Bombay porque acababa de explotar un coche-bomba y pensó: "aquí nos hemos quedado y encima, no estamos libres de que haya otra bomba".
En todo este tiempo, Aguirre estuvo descalza y, según ha dicho, no fue consciente de la gravedad de la situación hasta que esta mañana leyó la prensa.
La presidenta logró finalmente tomar un avión hacia Zurich y fue entonces cuando se calzó los zapatos de tacón que hoy lucía en Madrid encima de unos calcetines que se puso en Suiza porque "había -6 grados".
Ahora espera "dormir un poquito" y descansar aunque reconoce que no estará tranquila del todo hasta que regrese por completo la delegación española.
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