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Iglesia condena el trabajo esclavo y degradante en la industria del etanol brasileño

EFE
Actualizado 17-11-2008 16:23 CET

Río de Janeiro.-  La Pastoral de la Tierra de la iglesia católica brasileña reafirmó hoy sus denuncias de que sí hay trabajo esclavo y degradante en la industria de la caña de azúcar y el etanol, pese a que el Gobierno afirma lo contrario.

Esta organización del Episcopado brasileño, dedicada a la defensa de familias campesinas, destacó hoy que en los últimos años fiscalizaciones del propio Gobierno en los cañaverales han rescatado miles de braceros de condiciones análogas a la esclavitud.

La Pastoral de la Tierra presentó datos del propio ministerio del Trabajo, según los cuales entre enero de 2003 y octubre de 2008, el Grupo Móvil de Fiscalización rescató a 6.779 trabajadores de cañaverales en los estados de Goias, Sao Paulo, Alagoas, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, Río de Janeiro, Ceará, Minas Gerais y Pará.

La actuación independiente del Grupo Móvil, integrado por inspectores del ministerio Público, del Trabajo y policías federales, fue elogiada hasta por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La Pastoral hizo las denuncias con ocasión de la "Conferencia internacional biocombustibles como vectores del desarrollo sostenible", promovida por el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el ministerio de Relaciones Exteriores, que será inaugurada hoy en Sao Paulo.

El coordinador del evento y subsecretario de Energía del ministerio, André Amado, afirmó que no se puede decir que hay trabajo esclavo en las plantaciones de caña de azúcar solo porque hayan sido detectadas algunas situaciones "residuales".

"Yo creo que simplemente quieren distorsionar la realidad. No es una acusación que se base en hechos", afirmó Amado, citado por la estatal Agencia Brasil de noticias.

Pero según especialistas, independientemente del trabajo esclavo, la recolección de caña en Brasil es históricamente un empleo degradante y mal pagado.

Bajo el sol abrasador, cada trabajador está obligado a cortar, despuntar y apilar 12 toneladas de caña por día para alcanzar un salario equivalente a unos 10 dólares diarios.

Desde 2003 el Grupo ha libertado a 32.500 esclavos modernos.

La legislación brasileña considera trabajo "análogo a la esclavitud" el ejercido en condiciones precarias e insalubres de alojamiento, por personas mal alimentadas que deben trabajar para pagar sus deudas de transporte y comida contraídas con los propios empleadores.

Entre 2003 y 2006 el sector de la caña respondió por el 10% de los esclavos encontrados, pero la cifra subió a 52% en los primeros 10 meses de 2008, cuando fueron encontrados 2.114 trabajadores en esas condiciones en las plantaciones, destacó la Pastoral.

Los empresarios del campo niegan que existan estas prácticas y defienden el papel del etanol como fuente generadora de empleo.

Los esclavos modernos son transportados y alojados "peor que animales", presionados por el pago por producción y obligados a trabajar hasta quedar exhaustos en un régimen "que ya ha provocado varias muertes", según la Pastoral.

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