Los británicos ante la recesión: se complican los Juegos de 2012

LONDRES.-  Cuando el primer ministro británico, Gordon Brown, utilizó la palabra maldita en el Parlamento, los medios ni siquiera se atrevieron a reproducirla. Lo más que se podía leer en la prensa era una 'R' seguida de puntos suspensivos. Pero, se pronuncie o no, la recesión —aquí sí se escribe sin tapujos— ha llegado a Reino Unido.

En teoría, se considera que un país ha entrado en recesión cuando registra dos trimestres consecutivos de saldo negativo. El pánico vuelve a la Bolsa, el selectivo londinense —el conocido 'Footsie'— toca cotas peligrosas y los hombres de la City se refugian en los pubs de London Bridge después de haber perdido sus trabajos. Pero, y ¿en la práctica? ¿Qué significa recesión en el día a día del Reino Unido? Sencillamente, que el ciudadano de a pie no tiene dinero ni confianza para gastarse lo que le queda. Las compras innecesarias desaparecen. La Navidad se convierte en un lujo.

A pesar de la apertura de una nueva generación de centros comerciales en Bristol, Liverpool y Leicester, los expertos consideran que se esperan las peores compras navideñas de los últimos 35 años. Está previsto que el gasto en los días festivos tan sólo aumente un 2%.

Muchos no han tenido que esperar a diciembre para darse cuenta de la crisis. El grupo Argos, por ejemplo, uno de los más importantes de venta por catálogo, afirma que está sufriendo su situación "más complicada" desde 1973.

Los beneficios en el último medio año han caído un 19%. El grupo se ha visto obligado a reducir 540 millones de libras de su cadena de bricolaje Homebase debido a su bajo rendimiento. No ha sido el único. Cerca de 20 cadenas, como es el caso de IFM, Rosebys o Dolcis, se han derrumbado en el último año.

"Es cierto que la gente ha empezado a comprar su árbol de Navidad, pero los regalos ya no son lo que eran", asegura a The Times Terry Duddy, jefe ejecutivo de Argos. El 'segunda mano' o las páginas web que ponen en contacto a personas que tienen cosas que no necesitan con quienes las quieren reutilizar —como es el caso de Freecycle— se han convertido en la alternativa más exitosa. Las visitas a este portal, por ejemplo, han aumentado en un 35%. Las ventas por Hitwise (web de artículos que no son nuevos) se han disparado un 22%.

El problema no acaba ahí. Sin tener ni para lo suyo, los británicos podrían enfrentarse además a la posibilidad de poner de su bolsillo dinero para terminar las obras de Juegos Olímpicos para 2012. En otras palabras, la actual crisis económica ha hecho plantearse al Gobierno nacionalizar dos de las instalaciones olímpicas, lo que costaría al contribuyente casi 900 millones de libras (más de 1.100 millones de euros) adicionales.

Según el rotativo The Times, el ministro de Economía, Alistair Darling, la ministra responsable de los Juegos, Tessa Jowell, y la titular de la cartera para las Comunidades, Hazel Blears, tienen aún que ponerse de acuerdo sobre cómo reunir el dinero necesario. Esta última se resiste a las presiones para liberar al menos 250 millones de libras (325 millones de euros) de su Ministerio para financiar los Juegos. Los 650 millones de euros que se pensaban recaudar por medio de iniciativa privada se han esfumado. Más bien, se podría decir que la crisis ha hecho que nunca llegaran al puerto deseado.

Según la BBC, entre otras soluciones que están siendo estudiadas por el Ejecutivo británico para reducir costes, está la posibilidad de recortar en un tercio el número de apartamentos en la Villa Olímpica, reducir el tamaño del Centro Internacional de Transmisión (lugar de trabajo de los miles de medios que cubren los Juegos) y mudar algunos deportes fuera del Parque Olímpico, aprovechando instalaciones que ya fueron construidas.

De los 4.500 apartamentos previstos, se estima que sean construidos sólo 2.800, donde tendrán que cohabitar seis atletas en un espacio diseñado para cuatro. El cambio obliga a eliminar la cocina y añade un problema más a largo plazo: ¿quién querrá comprar un apartamento sin cocina después de los Juegos?