Los nombres de los bancos y las cajas que acudan a vender al Fondo de Adquisición de Activos Financieros (vamos a llamarle FAAF, unas siglas espantosas pero que más vale que vayamos incluyendo en nuestro vocabulario) no serán públicos, como sucede con la mayoría de subastas y concursos de este tipo, comenzando por los del Banco Central Europeo (BCE).
Lo que sí será publico son las entidades —cajas o bancos— que soliciten el aval del Estado para respaldar sus emisiones de papel. En este caso, porque entre los mercados interbancarios internacionales es obvio que decir que lleva detrás la garantía del estatal es un dato en positivo. Para eso se da.
¿Que ya no te acuerdas de todo este lío? Lo de los avales es otra de las medidas a las que se apuntó Zapatero tras la reunión de los jefes de estado de la UE el pasado 12 de octubre. Entre otras cosas, allí acordaron que los gobiernos europeos "facilitarán avales, seguros o instrumentos similares que permitan garantizar las nuevas emisiones de deuda a medio plazo", según recoge el decreto publicado el martes pasado.
Por eso, en España el Estado garantizará las nuevas emisiones de deuda bancaria a medios plazo. En un principio, esta medida sembró sus dudas: ¿Sería un apestado el primer banco o caja que solicitara un aval al Gobierno? Pues no, no será un apestado, porque todos los bancos y cajas necesitan liquidez a medio plazo —a dos, tres o cinco años—, ya que el Banco Central Europeo (BCE) seguirá prestando al día. Así que, hechos los correspondientes sondeos, hasta el Santander, el BBVA y las grandes cajas emitirán deuda con aval del Estado para conseguir dinero a más plazo y no a precios tan caros como los da el BCE. Éste es el principal problema de todas las entidades, tanto las de primera como las de segunda.
¿Que qué era eso del FAAF? El Fondo que ha creado el Gobierno —y que se pone en marcha a través del Tesoro— para que los bancos y las cajas puedan tener dinero, el crédito que ahora falta en los mercados internacionales. Se supone que, una vez que la banca vuelva a tener liquidez, concederá los préstamos que ahora no suelta ni a tiros, y, de esta forma, "se impulsará la financiación a empresas y ciudadanos". El texto es del Real-Decreto publicado en el BOE, donde se recogen las últimas y más sonoras medidas que el Gobierno ha tomado para que respiremos mejor y se nos atenúe el miedo que tenemos metido en el cuerpo por culpa de una crisis que no existía para Zapatero.
¿Has entendido ya que el tal FAAF tiene por objetivo que te den cuanto antes el crédito para el coche nuevo? ¿O que tu sobrina, la mileurista que acaba de tener nómina —un milagro— y su novio con 1.800 euros al mes, quizás —¡ojo! sólo quizá—, pueda comprarse la buhardilla en el barrio gótico de Barcelona, o el pisito al lado de la catedral de Valladolid ahora que los precios se van a la baja? Pues sí, ese es el objetivo para el cual el Gobierno ha creado ese fondo. Y para que tu mujer, una tipa emprendedora que ha heredado la mercería de tu suegra, pueda reformar la tienda, pintarla alegremente, y vender no sólo las medias "descanso" y las bragas hasta la cintura de toda la vida, sino los top lenceros modernos, con un toque chic, que le permitirán competir con los locales de los chinos. Tú, como eres algo más cómodo y gallina —(*) "huevón", te dice tu chica—, vas a esperar a ver cómo le va durante la visita al director de la sucursal, para decidirte a pedir otro crédito y cambiar la maquinaría del taller.
Todos estos sueños, el crédito para el coche nuevo, el préstamo para la buhardilla, la pasta para la lencería chic y los cientos de miles de euros para la reforma del taller dependen de cómo funcionen las subastas del Fondo de Ayuda para la Financiación, al que el Gobierno ha destinado 30.000 millones este año (ampliables a 50.000), de los que 10.000 millones se pondrán a disposición de bancos y cajas lo antes posible.
Más dudas. ¿De dónde sacará el Gobierno esos 30.000 millones ampliables a 50.000? ¿Del riñón de todos los españoles? Lla respuesta correcta, por ahora, es que no costará ni un duro a los contribuyentes, porque "se financiarán con deuda", es decir, el Estado hará emisiones de Letras del Tesoro, bonos, en fin, ese tipo de títulos seguros en los que tu hermano el que trabaja en un banco ha invertido los ahorros de la abuela o de tu padre.
Después, con ese dinero que ha captado, el FAAF comprará los bancos y a las cajas "activos de máxima calidad con remuneración superior", dice el lenguaje oficial. Sobre todo, comprará cédulas hipotecarias que han intentado colocar en los últimos tiempos con buenas garantías, pero que por culpa de la crisis internacional de financiación, se han tenido que volver a guardar.
A la vista de lo que ha pasado en Estado Unidos y media Europa con los bancos de inversión y muchos grandes bancos, históricos, con lo embusteros que han sido con respecto a la porquería que tenían dentro, ¿por qué vamos a creer que los bancos y las cajas no van a engañar al Gobierno en cuanto a lo buenas que son las garantías de esos títulos? Pues porque la policía no es tonta. En este caso, la policía o guardias espabilados son los técnicos del Banco de España y de la CNMV, además del mismo Ministerio de Economía. Y como establece el Real Decreto, y ya explicó el secretario de Estado de Economía, David Vegara, hace unos días, esos técnicos comprobarán de forma exhaustiva la calidad de las garantías que ofrecen los títulos que el banco o caja quiere vender al fondo.
Si eres uno de esos lectores que se ha apasionado con esto de la crisis y todo te parece poco con tal de saber —oye, que los hay listos y saben que se juegan su futuro inmediato con este lío de la crisis—, no tienes nada más que entrar en la web del Boletín Oficial y descargarte el primer texto de medidas financieras. No te desanimes, es menos espantoso que el BOE en papel. Pinchas, y te sale el decreto que va dirigir tu vida en los próximos dos o tres años. Te asombrarás de que se entiende bastante. Y podrás parar al jefe carca que grita sobre lo que costarán estas zarandajas; quedar como "sólido" ante el profesor en la facultad, o alucinar a tu tío, el prejubilado de un gran banco que siempre se las da de saber todo.
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