MADRID.- Primero fue la música. Ahora, el cine. Michael Moore regalará su última película a sus fans norteamericanos. Slacker Uprising (El levantamiento de los holgazanes) será distribuida gratis en internet a partir del 23 de septiembre al mismo tiempo que será puesto a la venta un DVD con contenidos extras. El director de Fahrenheit 9/11 o ¿Qué has hecho con mi país, tío? quiere celebrar los 20 años de su primera película (Roger&Me) y cree que distribuir gratis su último filme "es la manera de decir gracias". Marketing y activismo se unen en la economía de lo gratis.
Hacer que los perezosos vayan a votar. Es el objetivo de Michael Moore con su nueva película, rodada en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas de 2004. Entonces el demócrata John Kerry perdió frente a George W. Bush. Moore no quiere ver otro triunfo republicano. Así que para movilizar a los vagos nada mejor que el impacto que espera conseguir con el lanzamiento gratis en internet y con la organización de la Noche de las Mil Fiestas el domingo 4 de octubre, un mes antes de las elecciones que enfrentan a Barack Obama y John McCain, para reunir a sus seguidores en celebraciones políticas durante las que Moore se dirigirá a todos vía satélite.
El cine y la música siempre han estado muy implicados en las campañas electorales norteamericanas. Rock the Vote organiza conciertos en las elecciones desde los años 60. El cine ha hecho campaña en el Festival de Sundance o en las movilizaciones de Move On, con quien ya colaboró Moore con Sicko, su película sobre la sanidad en Estados Unidos.
Y cuando las elecciones se disputan en todos los terrenos y los candidatos son más multimedia que nunca, la apuesta de Moore es estrenar una película de bajo presupuesto –dos millones de dólares- para movilizar a los votantes en internet a través del cine. Una receta imprescindible para los nuevos votantes y esos jóvenes que ven la esperanza en Obama pero a los que no hay que dejar de estimular para llevarlos a las urnas.
Hasta el 23 de septiembre todos los residentes en Estados Unidos y Canadá podrán dar su correo electrónico a Moore y a Brave New Films, la organización especializada en batallar con vídeos políticos contra los republicanos y que se encargará de organizar la distribución de la película anti votantes perezosos.
Ni el director ni Brave New Films quieren dinero. "El único retorno que esperamos es la mayor asistencia de votantes jamás vista a las elecciones. Espero que Slacker Uprising inspire a un millón a levantarse del sillón y dar al voto una oportunidad", dice Moore con ecos de John Lennon y Neil Young en sus palabras y en su idea.
No es la primera vez que el director de Bowling for Columbine apuesta por la distribución de sus obras en internet. Tras el estreno de Fahrenheit 9/11 declaró que estaba encantado con que la gente compartiese su película a través de las redes P2P. "No estoy de acuerdo con las leyes de copyright y no tento problemas con que la gente se baje mi película y la comparta mientras no pretendan hacer negocio con mi trabajo", dijo entonces en un diario británico.
La economía de lo gratis siempre ha estado apegada a las ideas y la política. Y cuando internet va a jugar su mayor papel en la historia de las elecciones norteamericanas y el cine es una de los pocos lenguajes para los que muchos jóvenes no son sordos, Moore no quiere perder la ocasión. Sabe también que, pensando tanto en el negocio como en la política, nunca tanta repercusión logrará como ahora, como ya consiguieron Radiohead o Nine Inch Nails.
Guerra de guerrillas semiótica, preconizó hace tiempo Umberto Eco.
La chica Obama lanzó al candidato a la fama en YouTube y Will.i.am le puso música a su lema: Yes, we can. Moore quiere asegurarse de que todos los que han disfrutado la campaña más multimedia no se queden saturados y agotados en el sillón. Después Slacker Uprising pasará por la taquilla para convertirse en otro éxito del cine de guerrilla, como sus anteriores películas.
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