Santander.- Farmaindustria estima que entre un 6 y 8 por ciento de las medicinas utilizadas en el mundo son falsificaciones, un problema "global" y de "dimensiones crecientes" que afecta de forma más acentuada a los países en desarrollo.
Durante su participación en el octavo Encuentro de la Industria Farmacéutica, que se desarrolla hoy y mañana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha detallado que los antibióticos, con un 28 por ciento, son los medicamentos más sometidos a la falsificación.
A este tipo de fármacos le siguen las hormonas y esteroides, con un 18 por ciento; los medicamentos contra la malaria (7%) y los analgésicos (6%), entre otros.
Según ha señalado, en algunos países de África la mitad de los productos que se comercializan son falsificaciones.
Arnés ha explicado que, en estas zonas, los falsificadores se aprovechan de la pobreza de la sociedad para comercializar sus productos, de un precio más bajo, a través de la venta ambulante.
En el caso de los países desarrollados, la tasa de medicamentos falsificados alcanza el 1 por ciento y tiene a internet como su principal canal de distribución.
Los medicamentos de precio más elevado y aquellos a los que es "imposible" acceder sin prescripción médica son los más demandados en los países desarrollados. Los anabolizantes y los productos que tratan la disfunción eréctil, como la Viagra, son algunos de los que encabezan la lista de compras.
A pesar de que tanto internet como la venta ambulante son los canales más habituales para acceder a este tipo de productos, Arnés ha alertado de que estos medicamentos falsos están comenzando a introducirse en la cadena de distribución oficial, a pesar de que en España aún no se ha detectado ningún caso.
Según ha dicho, la falsificación de medicamentos, bien sea porque "usurpe" la titularidad de un laboratorio o porque, de forma "deliberada o fraudulenta", no incluya la composición que se supone, es un fenómeno "muy complejo", "muy difícil de detectar" y "enormemente lucrativo".
Arnés ha afirmado que en la falsificación y comercialización de medicamentos se dan todo tipo de casos, desde la fabricación de un producto inocuo que no contenga ningún principio activo, que es el más habitual por ser también el más barato para las mafias; hasta la comercialización de productos con una proporción muy inferior o con una fórmula errónea.
El director de Farmaindustria ha destacado que, tanto a nivel europeo como internacional, están surgiendo "muchas" iniciativas para intentar frenar la tendencia ascendente en el número de falsificaciones de medicamentos.
Según ha señalado, se espera que en 2010 la falsificación de medicamentos mueva cerca de 75.000 millones de dólares en el mundo.
Para frenar este fenómeno, Arnés ha abogado por actuar en tres frentes: garantizar un suministro "seguro", intensificando el control en los sistemas de empaquetado y a través de la creación de sistemas unívocos de identificación de los medicamentos; mejorar la integridad de la cadena de distribución para impedir la penetración de las mafias, y reforzar el ámbito legislativo.
En el ámbito legislativo, ha defendido que se incluyan medidas penales que se asimilen "por lo menos" a las que se aplican en los casos de tráfico de drogas.
Además ha explicado que es necesario intervenir legislativamente en el ámbito de internet y "acotarlo" a los operadores oficiales.
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