De exámenes

Sin duda, el examen final será cuando se emitan este otoño por las diferentes cadenas de ETB y se distribuya por el mundo, pero, íntimamente, fue ayer cuando me examiné del primero de los cinco documentales que estamos haciendo con los cocineros más estrellados de estos pagos: Arzak, Subijana, Berasategui, Andoni Luis y Arbelaitz.

La mano y el fuego

Ayer tocaba Arbelaitz, el único que, por ahora hemos acabado. Recuperé esa vieja sensación de presentarse uno a un examen o a unas oposiciones. La verdad es que iba bastante seguro, pues a mí me encanta el documental que hemos titulado Hilario Arbelaitz: La mano y el fuego. Y creo que no soy tan lerdo como para equivocarme del todo, y el equipo con que he contado ha sido de lujo (Oscar, Juanfe, Josu, Melu, Juantxo…), pero siempre existen dudas de si el sujeto del documental sabrá apreciar las imágenes, el ritmo… y sobre todo, el comentario que hago sobre su manera de entender la cocina. Es lo que más me preocupaba.

Arbelaitz nos ha atendido magníficamente durante los meses de grabación. Incluso puso días de vacación a nuestra disposición… No es cuestión de resultar ahora ingrato, pero tampoco se ha de dejar uno llevar por el compromiso y la deuda adquirida; y lo que se dice en el documental, además de bello, ha de ser riguroso. En fin, ya me entendéis, que no todo ha de ser dorar la pídora.

Ayer fue el día. Os dejo el pequeño testimonio del vídeo de mis nervios. Los que aparecen visionando, son Joxe Mari (el otro hermano cocinero), un hijo de Hilario, y el propio Arbelaitz. Por lo que dijeron, quedaron más que a gusto. El pelo recién cortado en la peluquería y el cabezón, son míos.

E la nave va.