Toledo.- Un total de ochenta guardias civiles en prácticas se han incorporado hoy a las comandancias que la Benemérita tiene en Castilla-La Mancha, más de la mitad de ellos a zonas limítrofes con Madrid, como la comarca toledana de La Sagra y el Corredor del Henares, en la provincia de Guadalajara.
El delegado del Gobierno, Máximo Díaz Cano, presidió la bienvenida a los nuevos agentes, entre ellos ocho mujeres, en un acto al que también acudieron, entre otros, el general jefe de la segunda zona, José Fernández Ortega; el jefe superior de Policía de la región, Pedro Rojo, además del subdelegado del Gobierno en Toledo, Javier Corrochano.
De los ochenta agentes que completarán su formación durante un año en Castilla-La Mancha antes de ser guardias profesionales, cuarenta irán a los cuarteles de La Sagra (Illescas, Valmojado, etc), dieciocho a poblaciones del Corredor del Henares (Azuqueca, Horche), diez a las unidades de Albacete, siete más a Ciudad Real y cinco a Cuenca.
La procedencia es variada, pues estos alumnos que han cursado la parte teórica en la academia de Baeza (Jaén), son naturales de Canarias, Galicia, Castilla-León, Andalucía y Castilla-La Mancha.
Aunque aún no se sabe el destino definitivo que tendrán los nuevos agentes y cuantos se quedarán en la región, el general jefe calcula que serán entre el 18 y el 20% de la totalidad de las plazas convocadas en toda España, que serán entre cinco mil y seis mil.
Estos ochenta guardias civiles en prácticas, que estarán doce meses en sus destinos de formación, se suman a otros 221 que se incorporaron en febrero, por lo que el total de alumnos de la Benemérita incorporados a Castilla-La Mancha ascienden a 321.
Durante su alocución ante los futuros agentes, el delegado del Gobierno les recordó que han elegido una profesión muy querida y respetada por la inmensa mayoría de los españoles, cimentada en virtudes inalterables a lo largo del tiempo, como son la cercanía y proximidad al ciudadano y una eficacia que se ha sabido adaptar a la evolución de cada momento.
No obstante, tanto el delegado del Gobierno como el general jefe les recordaron que se les va a exigir mucho, que se trata de un trabajo duro, que requiere de un esfuerzo permanente que "no conduce a la riqueza, sino a la satisfacción del deber cumplido", dijo José Fernández, quien les advirtió que si no se ven con fuerzas para afrontar el puesto, no habrá inconveniente en que causen baja.
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