Hace siete años el escocés Martin Creed generó una enorme polémica al serle concedido el Premio Turner del año 2001. Esto es algo bastante propio de los Turner: siempre hay polémica, primero por la selección y luego por el premio. La pieza de Creed consistió en una instalación en la que las luces propias de la sala de exposición se encendían y apagaban: no había objeto alguno, solo una idea feliz. Siete años después vuelve a la Tate Britain con una nueva polémica.
En Work No 850, un corredor recorre a la máxima velocidad posible los 86 metros de las Galerías Duveen, lo que le viene a llevar unos 12 segundos, tras 15 segundos de espera otro corredor repite la acción y así durante todo el día y todos los días hasta el próximo 16 de noviembre.
El propio Creed se está preparando para poder hacerlo él mismo y quizá lo tenga que hacer, porque parece ser que están teniendo problemas para encontrar a suficientes atletas para cubrir sus necesidades durante un periodo de tiempo tan largo. Están siendo reclutados a través de revistas de atletismo y a través de la propia web de la Tate Britain. Cada uno debe correr durante unos 15 minutos seguidos, descansar un poco y continuar. Por supuesto tiene unos honorarios de 10 libras la hora.
Corren como si la vida les fuera en ello, pero sólo es eso: correr, según las propias palabras de Creed. Por qué correr, hacia dónde o desde dónde son otras de las preguntas que cualquier visitante se planteará y para las que Creed tiene una respuesta al mismo nivel: corren para completar la obra.
Según el artista, la pieza se le ocurrió durante una visita las Catacumbas de los monjes Capuchinos en Palermo, en la que llegaba a pocos minutos del cierre y tuvo que hacer la visita literalmente corriendo. Para Creed, correr es un acto esencial en sí mismo: no hay ningún otro elemento entre la acción y el corredor, de ahí la belleza de la acción que se ve reforzada por el hecho de no haber mediación alguna entre el corredor y el espectador. Casi podría parecer que puede correr el primer visitante que llega, pero, claro, no es así, en un museo está prohibido correr.
Este año ya está hecha la selección de los artistas que optarán a los premios Turner: Cathy Wilkes, Runa Islam, Goshka Macuga y Mark Leckey, tres mujeres y un hombre aunque las mujeres a lo largo de la historia de los Turner han sido menos afortunadas que los hombres, de hecho sólo ha habido tres ganadoras desde su creación en 1984. El próximo 30 se septiembre se inaugurará la exposición en la que se podrán ver los trabajos finalistas: maniquíes desnudos sentados en la taza de un vater o Félix El Gato. Sin duda, de nuevo la polémica estará servida para la proclamación del vencedor, que se hará pública el 1 de diciembre. Mientras se cruzarán por los pasillos de la Tate Britain con algún veloz corredor.
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