La cuarta jornada de protestas protagonizadas por una minoría de transportistas comenzó con la ruptura de las negociaciones por parte de Fomento, que ayer volvió a poner sobre la mesa 52 medidas que no fueron aceptadas por ese 12% de los camioneros que están bloqueando el país. Aunque Interior prometió mano dura para permitir la libre circulación de transportistas, "yo ahora mismo tengo unos 30 camiones parados en diferentes puntos del país que no se pueden menear", lamenta un empresario levantino, que por temor a las represalias no quiere identificarse. Más piedras sobre el mismo tejado de un sector de víctimas de su propia desunión.
Los expertos coinciden en su análisis: "es un sector completamente atomizado". En España hay unos 400.000 transportistas, asalariados y autónomos (estos últimos representan el 35% del total). Además, el sector lo conforman numerosas pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas con un sólo vehículo, lo que provoca "un exceso de oferta brutal". Gobierno y sindicatos vienen reclamando desde hace años una reestructuración para ser más competitivos. El razonamiento es sencillo: si hay mucha oferta, las grandes empresas de cargadores cuentan con un gran abanico de camioneros dispuestos a transportar por precios cada vez más bajos.
"El sector del transporte ha cambiado mucho en los últimos ocho años", afirma un empresario que cuenta con una flota de casi medio millar de camiones. "Antes las empresas compraban y compraban vehículos, pero la poca rentabilidad obligó a muchos a financiar a particulares para que adquirieran la cabeza del camión y trabajaran para él", señala. Pone como ejemplo su propia experiencia: "de nuestra flota de 500 camiones no tenemos en propiedad ya ni diez".
El cierre patronal (que no huelga) que se inició el lunes está encabezado por la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios de Transporte Discrecionales de Mercancías (Fenadismer), constituida en 1977, y que, según sus cifras, engloba a 30.000 socios, entre pymes y autónomos, y una flota de alrededor de 60.000 vehículos (lo que representa el 10,3% del sector). Está apoyada en sus exigencias por Confedetrans (5,4%) y Antid (2,1%). En contra del paro se han manifestado el resto de patronales, que representan al 82.2% en el Comité Nacional de Transportes (órgano dependiente de Fomento), donde no están representados los sindicatos (CCOO cuenta con 35.000 transportistas afiliados y UGT unos 25.000).
La mayoría de las patronales, entre las que se encuentra la Confederación Española de Transportes de Mercancías (50,7%) -donde están integradas las grandes empresas, no los autónomos-, han suscrito el acuerdo con Fomento para recibir ayudas que permitan al sector afrontar la subida de carburantes. Las que llevan cuatro días bloqueando carreteras y provocando el desabastecimiento de algunos comercios reclaman el establecimiento de una tarifa mínima para los servicios, algo que va contra las directivas comunitarias, según el Gobierno. Tampoco apoyan esta reclamación los principales sindicatos. Desde UGT consideran que las ayudas directas al gasóleo "no son compatibles con el sistema de economía de mercado y, además, provocaría una asimetría con otros sectores afectados, como ganaderos, pescadores, comerciales o taxistas".
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