Madrid.- El paro protagonizado por los transportistas de mercancías no se puede dar por acabado porque las tres asociaciones convocantes del mismo (Fenadismer, Confedetrans y Astid), lo mantienen pese al pacto que el Ministerio de Fomento cerró el jueves con la mayoría del sector.
A estas tres organizaciones se suma la Plataforma para la Defensa del Sector, que tampoco está satisfecha con lo acordado en Madrid y también mantiene su postura de paro indefinido.
Los convocantes aseguran que el acuerdo entre el Gobierno y parte del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), al que no pertenece la Plataforma, no vale porque no abordó la cuestión principal, es decir establecer una tarifa mínima por debajo de la cual no se autoricen contratos de carga, y evitar así trabajar por debajo de costes.
Pero, incluso los firmantes del acuerdo, arropados por las poderosas siglas de la CETM, son cautelosos a la hora de evaluar los resultados de la negociación y uno de sus portavoces señaló a EFE, minutos después de firmado el acuerdo, que "desde luego no es para lanzar cohetes".
Muchas de las 54 medidas pactadas ya lo fueron en el acuerdo suscrito entre el sector y el Gobierno tras el paro de 2005. Entre estas están el adelanto de la devolución del IVA y la petición a Bruselas de la creación de un gasóleo industrial.
Para muchos transportistas, el paro sólo se desactivó cuando intervino en serio el Ministerio del Interior que envió a las Fuerzas de Seguridad del Estado a disolver, con la contundencia necesaria, a los piquetes y retiró los camiones que atascaron durante casi tres días las carreteras.
Para entonces ya había un muerto, varios camiones incendiados, uno con su conductor incluido, fábricas de automóviles paralizadas, mercados en peligro de desabastecimiento y, en general, una seria preocupación entre los ciudadanos.
Una parte del sector opina que se ha recurrido a la fuerza para solucionar el problema de orden público, pero que la cuestión de fondo sigue intacta y que el paro "antes o después" se recrudecerá.
Parece que España sigue sin afrontar los grandes problemas del sector: por un lado el exceso de oferta, incluso reconocida por Julio Vilaescusa, presidente de Fenadismer.
Por otro, si es posible establecer la tarifa mínima, cuestión muy polémica, ya que, mientas los convocantes aseguran que la UE lo admite, otros dicen que sólo es posible en el caso del transporte de viajeros y el Ejecutivo lo rechaza de plano.
Además, España depende de los camiones para transportar sus mercancías hasta en un 90 por ciento de los casos, sin que se lleve a término la siempre deseada y nunca alcanzada intermodalidad (tren+caminón).
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