Ciudad Rodrigo (Salamanca).- Grupos de jóvenes eslovacos, repartidos por toda la geografía española, trabajan desde hace varias semanas en zonas rurales, sobre todo de Castilla y León, desempeñando el antiguo oficio de "motilador" de ovejas, que consiste en esquilar al animal para que la lana no le moleste en verano.
"Se trata de un trabajo que ya nadie quiere hacer en España y que necesita de cuadrillas de jóvenes bien preparados y con ganas de trabajar todo el día", explica a EFE el ganadero Juan Luis Agudo, vecino de la localidad de Bañobárez (Salamanca) y que tiene un rebaño de 700 ovejas de leche.
Éste es uno de los trabajos más duros a los que se tienen que enfrentar los ganaderos de ovino y, dada la escasa población, los profesionales del sector tienen como única solución contratar a estas cuadrillas.
El precedente se produjo hace una década, cuando un hombre del Este de Europa llegó a la provincia de Huesca para trabajar en el tradicional esquileo de las ovejas y, tras ser una aventura exitosa, decidió instalarse en España y montar su propia empresa de esquileo con sede en Sariñena (Huesca) a la que llamó "Henryk Golab".
En Bañobárez trabajan 6 esquiladores eslovacos y el jefe de la cuadrilla, Yurkuc Vasil, asegura a EFE que "ya llevo viniendo ochos años, dormimos en tiendas de campaña y el resto del día lo pasamos trabajando".
Según él, ya han recorrido, hasta la fecha, 60 pueblos del Oeste de la provincia de Salamanca, la mayoría de las comarcas de Ciudad Rodrigo y Vitigudino.
Pavol, Peter, Juro y el propio Yurkuc son los encargados de ir quitándole la lana a las ovejas, operación que la realizan con mucha celeridad y que precisa de técnica y fuerza.
Los otros dos compañeros, Andrej y Juraj, son los encargados de controlar el rebaño y de ir llevando ovejas a los otros cuatro operarios para que no se pierda ni un segundo.
Cada uno cuida de su propia herramienta, todos son aparatos eléctricos, para avanzar más, y la oveja queda lista y sin lana en apenas un minuto.
"Cobramos 1,45 euros por oveja esquilada", explica Yurkuc, que reconoce que varios de sus compañeros también tienen rebaños en Eslovaquia, donde residen los otros 8 meses del año.
En estos cuatro meses, esta cuadrilla calcula que podrá esquilar alrededor de 60.000 ovejas con una media de 500 diarias.
En este año, un total de 30 cuadrillas eslovacas se han desplazado hasta España para trabajar en el esquileo.
El ganadero de Bañobárez explica que en la última década los inmigrantes juegan un papel imprescindible para que siga vivo el sector del ovino, "ya que trabajos como el esquileo o el propio oficio de pastor ya no los acepta nadie y algunos inmigrantes están encantados de hacerlo".
Otro de los problemas que se han planteado es que este trabajo no se ha profesionalizado y se seguía haciendo a la antigua usanza, motivo por el que es demasiado duro.
"Antiguamente había que coger oveja por oveja, atarle las piernas para inmovilizarla, sujetarla entre varios y después esquilarla", explica Juan Luis Agudo.
Otro de los factores que ha influido en que este trabajo no sea rentable es la depreciación de la lana "ya que apenas vale dinero", afirma el ganadero.
"Hace años, con lo que te pagaban por la lana podías pagar a los 'motiladores' y, además, te sobraba dinero, ahora casi hay que rogar para que te la vengan a recoger", exclama.
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