Feria del libro... sin libros digitales

MADRID.-  Algo más del 9% de los libros españoles se publicaron en formato electrónico en 2007. Pero los libros digitales no tienen derecho a estar en la Feria del Libro de Madrid, que empieza justo cuando ha terminado la BookExpo America, donde el futuro del libro ha estado en la mente de todos. Y más cuando Jeff Bezos, el dueño de Amazon, ha anunciado que una de las grandes editoriales, Simon&Schuster, añade 5.000 de sus mejores títulos al catálogo de Kindle, el cacharro que quiere ser el iPod de los libros.

En la Feria del Libro de Madrid no hay libros digitales. Si eres usuario de Kindle, de Sony Reader o de cualquiera de los lectores de libros electrónicos que ya comienzan a poblar el mercado, olvídate de buscarlos en el Retiro. En un paseo detenido con el bluetooth alerta tampoco he encontrado blogonovelas ni textos para móviles activos. Una pena.

Lo impide el reglamento de la Feria en su artículo 6.1 cuando habla de quiénes están excluidos: "Los libreros, editores, distribuidores y servicios de publicaciones de organismos oficiales e instituciones públicas que se dediquen principalmente a la venta, edición y distribución, respectivamente, de libros electrónicos o de libros que se publiquen por Internet o mediante cualquier otro soporte distinto de la tradicional edición impresa".

¿Es hora de cambiar el pensamiento de la industria del libro? La ley ya lo hizo. En su artículo 2, dice la Ley de la lectura, el libro y las bibliotecas que libro es la "obra científica, artística, literaria o de cualquier otra índole que constituye una publicación unitaria en uno o varios volúmenes y que puede aparecer impresa o en cualquier otro soporte susceptible de lectura". Y precisa: "se entienden incluidos en la definición de libro, a los efectos de esta Ley, los libros electrónicos y los libros que se publiquen o se difundan por Internet o en otro soporte que pueda aparecer en el futuro".

Pero la venta de papel y el objeto libro tradicional manda. La industria del libro no confía por el momento en el futuro de la edición electrónica. Pero los datos son relevantes. En 2007 se publicaron 82.559 títulos, de los que 7.503 fueron libros digitales, un crecimiento del 88,23% respecto al año anterior, según los datos del Ministerio de Cultura. Eso sí, el soporte se aclara: el libro es libro con letras, aunque no con papel; los videolibros y los audiolibros no son para los españoles (sólo 50 títulos, 46 de ellos, audiolibros). Nos gusta leer, no escuchar la lectura.

Eso ya lo sabíamos. Hace tiempo que se perdió el interés por las lecturas en voz alta. Cuesta leer en alto incluso en las aulas.

Las ventas de libros digitales para Kindle son por ahora sólo el 6% de las ventas de Amazon, la librería digital que es su creadora. Por ahora no hay efecto iPod y Amazon no es el iTunes de los libros. Muchos desconfían del mismo efecto. Los libros no son como la música. No son un producto de gran consumo: sólo el 41% de los españoles lee y el 43% no lee nunca. Cuesta pensar en un mercado del libro electrónico. Pero la falta de estándares de edición no ayuda.

Kindle sólo lee libros diseñados para este aparato y comercializados por Amazon. El resto de los cacharros lectores no son así, pero abundan los formatos diferentes y los usuarios no expertos se lían. Y la experiencia de lectura sigue siendo muy diferente. Por mucho que las pantallas han mejorado, la tinta digital no reemplaza a la de siempre y los cacharros de lectura siguen siendo incómodos.

Pero cada vez se lee en más soportes, aunque el papel se sigue prefiriendo a los bits. El problema no está en el cacharro. La cuestión es cómo está cambiando el propio acto de leer y cómo cambia a las obras.

Seguramente falta en la industria editorial y en los autores algo más de apuesta por nuevas formas de narrar (como We tell stories, el experimento de la editorial Penguin) y experimentar con la propia literatura y la obra en la red (propuestas). Quizá entonces ese libro que ya no tiene que ser de papel tenga interés para la Feria del Libro de Madrid.