Roma.- Los líderes políticos mundiales deben llegar a un compromiso para afrontar el reto de la crisis alimentaria actual, porque si no crecerá el hambre en el planeta, han advertido hoy los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Un reto de futuro y de proporciones colosales, según los datos aportados en el informe semestral de la FAO sobre la situación alimentaria mundial y hecho público a dos semanas de la reunión internacional que se celebrará en Roma para afrontar la crisis actual.
Para dar una idea de esas proporciones, "la producción mundial de cereal necesita aumentar en un 50% para el año 2030 y la producción de carne un 85%", dijo Hafez Ghanem, director general adjunto del Departamento Económico y Social de la FAO.
Proporciones enormes, pero no imposibles, según Ghanem, quien dijo que se pueden alcanzar esas cifras si "el mundo invierte en agricultura y aumenta la productividad".
La inversión en el sector en los países pobres ha sido descuidada en el último decenio por los países industrializados, ya que si en 1996 dedicaban a la agricultura un 10% de su ayuda al desarrollo, en 2006 sólo se destinaba el 3%.
En cuanto a la productividad, en África podría mejorarse con la inversión en regadío, ya que sólo un 4% de las tierras cultivables de ese continente tienen acceso regular al agua.
Aún más, Ghanem explicó que si se invierte en agricultura, puede incluso darse vuelta a la crisis y "convertirla en una oportunidad", ya que "después de todo los campesinos en el mundo en desarrollo representan el 75% de los pobres".
"Deseamos un compromiso de los líderes mundiales para actuar y para apoyar más la agricultura", dijo Ghanem, para quien el esfuerzo es inevitable, porque los precios de los alimentos no van a bajar en un futuro previsible como muestran los datos del informe semestral "Perspectivas Alimentarias".
Sólo en los tres primeros meses de este año, el precio de los alimentos subió un 53%, indica el documento.
Aunque los precios se estabilizaron en abril y se espera que la producción de cereales y arroz aumente un 3,8%, la FAO prevé que los altos precios van a continuar.
Los expertos reconocen la complejidad de la crisis a la que deben enfrentarse los políticos, ya que se debe a diversos factores que interactúan.
"No es un único factor", dijo Ghanem para atajar las críticas que responsabilizan a los biocombustibles de toda la crisis y añadió que "sólo el 3% de las tierras cultivables en el mundo se dedican a los carburantes obtenidos a partir de la caña de azúcar o el cereal".
Según Ali Gurkan, experto de la FAO, "es imposible establecer de forma científica el impacto que tienen los biocombustibles"; se sabe que lo tiene, pero no cuánto.
Reflejo de la complejidad del problema, Ghanem comentó que mientras la caña de azúcar no ha tenido incidencia en el precio de esa materia prima, cuyo coste en el mercado incluso ha bajado, en cambio sí lo ha tenido en el del maíz.
Otros factores que tienen incidencia, son el crecimiento de la población y, por tanto, de la demanda mundial, el aumento del precio del petróleo, el cambio climático y la especulación en los mercados de materias primas.
Para complicar más las cosas, Ghanem resaltó que la agricultura debe desarrollarse, pero debe hacerlo de una forma sostenible, sin acabar con los bosques o la biodiversidad.
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