Piedad Córdoba: heroína y terrorista al mismo tiempo

MADRID.-  ¿Sigue adelante el acuerdo humanitario en Colombia? ¿Quiénes son los mediadores con las FARC? ¿Francia, España y Suiza? ¿Hugo Chávez? ¿O acaso la senadora colombiana Piedad Córdoba? Las noticias que llegan del país latinoamericano se han convertido en una maraña de información difícil de descodificar. Mucho más desde este lado del charco. Córdoba, uno de los personajes más importantes dentro de esta historia, está en España, donde cuenta, a quien quiera escucharla, su particular visión del conflicto.

A Córdoba, o la Negra Piedad, como se le conoce en su propio país por su activismo en favor de la población afrodescendiente, le ha cambiado la vida. Siempre fue una senadora contestataria y crítica con las injusticias enquistadas en Colombia, pero nunca hasta ahora había probado a moverse entre la dualidad de ser considerada una heroína para algunos, y una terrorista para otros. Para terminar de poner patas arriba a su mundo, está amenazada de muerte. Sí, es cierto. No es la primera (ni será la última) que vivirá con esa losa, la de las amenazas, sobre su espalda, pero Piedad tiene la certeza de ser un objetivo prioritario.

Ése puede ser uno de los motivos por los que ella, en el fondo, ya no se ve como mediadora con las FARC. El presidente colombiano, Ávaro Uribe la apartó de la negociación, pero sus gestiones y las del presidente venezolano, Hugo Chávez, permitieron la liberación de seis personas que llevaban años secuestradas. En su opinión, la negociación seguirá adelante, pero ni Chávez ni ella podrán hacer nada sin el apoyo del presidente Uribe: "Nosotros no podemos hacer nada. El verdadero poder lo tiene el presidente de la República". Sin embargo, para Córdoba, el Gobierno colombiano no tiene interés en buscar una salida negociada al conflicto, lo que hace que el acuerdo para liberar a los rehenes secuestrados por las FARC esté "muerto".

En cuanto al resto de países implicados en la liberación de los rehenes, sobre todo la de la ex candidata presidencial, Íngrid Betancourt, Córdoba no ve muy claro su papel. La senadora aprovechó su intervención para recordar que las FARC rechazaron a España como interlocutor por el apoyo brindado por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero al Gobierno de Uribe y al proceso de desmovilización de los paramilitares. Por otro lado, Córdoba ha reiterado que la comunicación entre el presidente galo, Nicolas Sarkozy, y las FARC está rota después de que el mediador del grupo guerrillero, Raúl Reyes, muriera a manos del ejército colombiano tras interceptar una llamada realizada desde el teléfono móvil con el que se comunicaba con Francia.

Eso sí, Piedad Córdoba elogia los esfuerzos de las autoridades francesas. En su opinión, "si el Gobierno (colombiano) hubiera hecho la mitad de lo que hace el gobierno francés, Íngrid ya estaría libre". Para evitar recelos, Córdoba ha dejado claro por qué es tan crítica con el Gobierno, pudiendo parecer que se posiciona del lado de la guerrilla. "Las FARC no son el Gobierno colombiano", sentencia, "y Uribe ha sido elegido para garantizar la vida de los ciudadanos colombianos".

Íngrid está bien

Una de las ciudadanas colombianas de la que más se habla últimamente es de la política francocolombiana, Íngrid Betancourt. "Íngrid está bien de salud", asegura la senadora. Según ella, el gobierno colombiano y el francés han utilizado las informaciones sobre el precario estado de salud de Betancourt para presionar para su liberación. De hecho, las autoridades galas tuvieron que reconocer que no estaban seguros de su gravedad después de que fracasara el último intento por sacarla de la selva. Córdoba cree que hay otro motivo que calentó la información sobre la ex candidata presidencial. "En esos días detuvieron a varios políticos cercanos al Gobierno por nexos con paramilitares", afirma.

La parapolítica es un tema cada vez más candente en Colombia. En los últimos dos años se han abierto investigaciones a más de 50 diputados, entre ellos, un primo carnal de Uribe y su propio jefe de partido, de los cuales, 25 están en la cárcel. Según Córdoba, "esto habría tumbado a cualquier gobierno en cualquier país del mundo".

Pese a las detenciones, la fuerza de los paramilitares todavía se deja sentir y sus amenazas han perseguido a Córdoba hasta nuestro país. La senadora tuvo que cancelar la intervención que tenía prevista para el sábado en la Casa de América en Madrid al recibir nuevas amenazas de muerte, según justificaron los organizadores.