Caracas.- Autoridades policiales y gubernamentales venezolanas allanaron hoy la oficina sede en Caracas de la aerolínea Transaven a la que pertenece la avioneta que desapareció el pasado 4 de enero con cinco venezolanos, ocho italianos y un suizo a bordo.
El allanamiento permitió la incautación de "documentación relativa a la investigación, tales como manuales de mantenimiento y motores, relacionada con la aeronave LET-410, siglas YV2081" y de fabricación checa que desapareció cuando cubría la ruta entre un aeropuerto próximo a Caracas y el archipiélago de Los Roques, situado en el Mar Caribe, frente a la capital venezolana.
En el allanamiento participaron funcionarios del policial Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac) y de la Junta de Investigación del Ministerio Popular para la Infraestructura, informó la Fiscalía en un comunicado.
Nueve días después de la desaparición de la aeronave, unos pescadores hallaron el cadáver de Osmel Alfredo Ávila, copiloto del aparato, en una playa de la costa del occidental estado de Falcón.
Hace dos días, un equipo de expertos italianos regresó a su país sin novedades sobre lo sucedido con la avioneta.
El Ministerio de Exteriores de Italia avaló las investigaciones realizadas por los técnicos venezolanos y expresó su gratitud al Gobierno del país suramericano por su "colaboración, empeño y determinación" en la búsqueda, según destacó en una comunicación.
Ésta añadió que Venezuela "continuará la búsqueda en la zona delimitada, llegando hasta los 1.000 metros de profundidad".
Las autoridades venezolanas han asegurado que la avioneta intentó amerizar, pero sólo se ha podido delimitar el área donde se cree que se produjo el impacto con el agua, una zona de 200 kilómetros cuadrados.
A esta área se ha llegado según las últimas coordenadas proporcionadas por el piloto en la última comunicación vía radio, cuando se encontraban a unas 16 millas marinas de Los Roques, y una simulación realizada por los expertos venezolanos.
El copiloto, de 37 años, murió por fracturas torácicas y laceración cardíaca, lo que hace presumir que no sobrevivió al supuesto amerizaje.
El informe italiano aclaró que "ningún teléfono móvil de los pasajeros o tripulación ha sonado después del posible horario del accidente", desmintiendo así algunas noticias publicadas en los medios de comunicación italianos sobre que tras la desaparición siguieron sonando los aparatos.
El documento concluye que "todos los datos llevan a confirmar la hipótesis del accidente, aunque la fiscalía venezolana no ha excluido, por el momento, otras opciones como la del secuestro".
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