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Ante un Obama imparable, a Hillary se le acaban los estados para ganar

EFE
Actualizado 13-02-2008 08:25 CET

WASHINGTON.-  Ante un Barack Obama que parece imparable, los vientos no soplan bien para Hillary Clinton. A la senadora por Nueva York le llueven las derrotas y le empiezan a faltar estados donde ganar. El martes, los llamados "territorios del Potomac", que comparten la desembocadura del emblemático río, a cuyas orillas se construyó Washington con territorios cedidos por Virginia y Maryland, volvieron a dar un disgusto a Hillary.

Obama arrasó en la capital federal y ganó sin problemas en Maryland y Virginia. Sumó estas victorias a las alcanzadas el pasado fin de semana en Luisiana, Nebraska, Maine, Las Islas Vírgenes y el estado de Washington. Ocho victorias consecutivas desde el "supermartes".

A Hillary, que se le han dado bien los estados grandes hasta ahora —ganó en California y Nueva York— le empieza a quedar sólo la esperanza de ganar en los grandes estados que restan: Texas, Ohio y, más adelante, Pensilvania.

En estos estados, según dijo a Efe Erwin Hargrove, profesor de la Universidad Vanderbilt, en Tennessee, sus posibilidades son reales: en Texas, le favorece el voto latino; en Ohio hay un gran porcentaje de clase obrera y sindicalista que votarán por ella y en Pensilvania la gran población industrial parece decidida a darle su confianza.

Es decir, puede ganar. Pero sobre todo, según Hargrove, es que "no tiene otra opción".

Su campaña no oculta que la senadora tiene ya puesta la mirada y los recursos en estos dos estados, Texas y Ohio, que votarán el próximo 4 de marzo y que, con 389 delegados en liza, pueden significar el impulso que necesita.

Para Joe Heim, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Wisconsin, una derrota aquí sería "el fin de la carrera de Hillary".

En su opinión, la victoria de hoy del congresista no es decisiva, pero es importante porque deja la impresión de que "Obama está ganando" y eso puede mermar las posibilidades de Hillary el 4 de marzo y favorecer un "desembarco de fondos en la campaña del senador por Illinois" que le permita ser más agresivo y hacerse con estos dos estados.

De momento, a Obama dinero no le falta. Su campaña asegura que recibe alrededor de un millón de dólares diarios, frente a alrededor del medio millón de Hillary.

Igualmente, sus asesores de campaña están como una piña, mientras Hillary ha perdido a dos de sus principales colaboradores en los últimos dos días. Su jefe de campaña, Patti Solís, y su subjefe, Mike Henry, que anunció su dimisión en la misma noche de hoy.

La ventaja económica de Obama, que recaudó 32 millones de dólares en enero frente a los 13,5 de Hillary, se deja notar en el bombardeo de los anuncios televisivos ya lanzados por ambas campañas en estas áreas, pero especialmente por la de Obama.

La presión sobre Hillary en estos momentos es brutal.

"Tiene que ganar cómodamente tanto Ohio como Texas, de lo contrario, se acabó". Esto no lo dicen solo los expertos. Lo dijo el diario The New York Times un "superdelegado" -es decir, miembro del aparato del partido demócrata- que tiene ya comprometido su voto para ella pero que empieza a no ver las cosas claras.

Y el comentario habla por sí mismo.

Si Hillary sigue perdiendo fuerza y Obama ganándola, los "superdelegados" demócratas, que pueden votar a quien quieran y cambiar su voto sin problemas, podrían pensarlo.

De darse esta situación, el daño para Hillary sería irreparable.

La batalla de los superdelegados

Antes de contabilizar los votos del martes -el proceso es complejo dado que, según las reglas demócratas, los delegados se obtienen de manera proporcional al número de votos- Hillary tenía 923 delegados y 234 superdelegados comprometidos (1.157 en total) y Obama 989 y 156 (1.145).

Eso quiere decir que Obama tiene actualmente más delegados "electos" que Hillary y ella más "superdelegados" apalabrados que él. En total, Hillary le sacó el martes a Obama tan solo 12 delegados, pero la diferencia cambió de candidato esta noche y ahora, Obama va por delante.

La fuga de "superdelegados", que acuden a la Convención en función de su cargo político y que en total son casi 800 personas con voz y voto, sería tremenda para Hillary que, hasta ahora, siempre ha defendido que estas luminarias del partido deben de elegir al candidato mejor cualificado para ser presidente. Ella.

Obama, sin embargo, considera que los "superdelegados" debieran de reflejar, en primer lugar, la voluntad de los votantes y también tener en cuenta quien es el mejor candidato.

Sea como fuere, al final, si el reparto de delegados electos sigue tan equitativo como hasta ahora, serán los "superdelegados" los que decidan al candidato al final del proceso.

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