Silicon Valley ya no está a salvo

Han hecho cuanto han podido por hacernos creer que escaparían a la crisis… pero ya no es posible. Las empresas que constituyen el corazón del dinamismo de San Francisco y su región se han comido el marrón como todas las demás.

(EFE)

Hasta las acciones de Google o Apple caen.

Incluso las acciones de Google, Apple o Cisco han vuelto a descubrir las leyes de la gravedad. Los inversores de capital-riesgo salen disparados. Los demás inversores se esconden. Hasta los start-up modestos arrían velas. Y, si no lo hacen, corren el riesgo de que los arrastre rápidamente la tormenta.

Aparte de las dificultades evidentes, las empresas del valle se preparan para asumir el hecho de que todo el mundo va a volverse temeroso. Los inversores en capital riesgo son conocidos por su comportamiento borreguil. Durante una buena temporada, va a ser sin duda difícil encontrar inversores dispuestos a asumir riesgos. Así, es el mismo corazón del motor que tan bien ha funcionado durante casi cuatro decenios lo que corre el peligro de pararse. Por un tiempo, al menos.

Acostumbrados a los ciclos, algunos insisten en que volverán los buenos tiempos… como volvieron después del estallido de la burbuja en 2001. Siempre que el ciclo sea corto, podemos incluso alegrarnos de estas contracciones, que propician un saneamiento al eliminar las empresas menos viables y permitir que sobrevivan las más sólidas.

Pero existe otro fenómeno, otro ciclo, de ritmo tal vez más lento, que puede complicar las cosas.

Especialista en la detección de las grandes tendencias (no le gusta el calificativo de 'futurólogo'), Paul Saffo consideraba, desde el primer 'domingo negro', que acabábamos de dar una especie de giro brusco. "Hemos cruzado el Rubicón", declaró al San Francisco Chronicle, uno de los principales diarios locales. "Pienso que todo el mundo va a cambiar su actitud con respecto a la regulación". Se trata de una ruptura de tipo político e ideológico a la que inversores y emprendedores podrían ser especialmente sensibles.

Falta saber si este ciclo en particular será más largo que el de la crisis. Yo me inclino a creer que sí.

¿Qué pensáis vosotros?