Cascadas artificiales en pleno Manhattan

NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS).-  El artista danés Olafur Eliasson estrena obra en Nueva York. Conocido por su afición a conectar su arte con los fenómenos atmosféricos esta vez ha creado cuatro cascadas artificiales en pleno Manhattan. Colgando de los principales puentes que unen la isla neoyorkina con el resto de la ciudad, ha creado todo un ecosistema que pretende conectar a sus habitantes con sus raíces ribereñas.

JUSTIN LANE (EFE)

Vista de la obra 'Las cataratas de Nueva York', de Eliasson.

Un cielo encapotado y una leve neblina cubrían hoy la ciudad de Nueva York. Sin duda, la atmósfera ideal que hubiera querido recrear Olafur Eliassen para que su nueva obra de arte luzca como debe. Cuatro cascadas artificiales atraen a partir de hoy y hasta el próximo octubre la atención de los visitantes. Éstos podrán disfrutar de una atmósfera muy nórdica al quedar rodeados por la bruma que genera el agua al romper con el East River.

Con más de 30 metros de altura y un caudal de 132.000 litros por minuto estas cascadas son la atracción turística del verano en la ciudad. Están situadas en los puentes de Brooklyn y Manhattan, entre el embarcadero 4 y 5 cerca del paseo de Brooklyn Heights y en la cara norte de GovernorŽs Island.

Estas maravillas arquitectónicas no solo constituyen la primera obra pública realizada por el artista en la ciudad de los rascacielos sino que ha sido la más costosa construida en Nueva York, después de la realizada por los artistas Christo y Jeanne-Claude en 2005 llamada 'The Gates'. Esta ha costado más de 15 millones de dólares, 5 millones menos que la de sus compatriotas europeos. La ciudad de Michael Bloomberg ha calculado que dicha obra no solo traerá belleza a la ciudad sino un importante beneficio. Está previsto que recauden 55 millones de dólares en los cuatro meses que estará abierta al público.

Afincado en Berlín, Olafur Eliasson es un artista danés conocido por recrear atmósferas efímeras en connivencia con la naturaleza. Ya triunfó en el Tate Gallery de Londres, en 2003 cuando inauguró su famosa 'Turbina'. Se trataba de un enorme sol formado por cientos de bombillas reflectadas en un gigantesco espejo. En sólo seis meses, 2 millones de personas visitaron su obra.

Aunque se han habilitado rutas en barco para ver las cataratas más de cerca, es mejor tomar distancia. Se pueden contemplar desde ambos lados del East River y dado que se encuentran justo debajo de los puentes, para verlas hay que subirse al puente contrario a la catarata en la que estamos interesados. Funcionan de 7 de la mañana a 10 de la noche, pero es preferible verlas de noche, ya que con motivo del 125 aniversario del puente de Brooklyn hay una iluminación especial que ofrece un espectáculo lumínico digno de ver.

JUSTIN LANE (EFE)