Guatemala.- Guatemala, 25 abr (EFE).-Decenas de escolares guatemaltecos, en su mayoría de colegios católicos, visitaron hoy el sitio en donde fue asesinado a golpes hace diez años, el obispo auxiliar de Guatemala, Juan Gerardi, para "mantener viva la memoria del obispo mártir".
Gerardi (imagen de fondo), de 75 años de edad, fue muerto a golpes y lapidado en la cochera de la casa parroquial de la iglesia de San Sebastián, en el centro histórico de la capital guatemalteca, la noche del 26 de abril de 1998.
Gerardi, de 75 años de edad, fue muerto a golpes y lapidado en la cochera de la casa parroquial de la iglesia de San Sebastián, en el centro histórico de la capital guatemalteca, la noche del 26 de abril de 1998.
Dos días antes, el obispo, que dirigía la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, había presentado los resultados de un informe sobre las violaciones a los derechos humanos ocurridos en el país durante los 36 años de guerra interna (1960-1996), la cual se cobró la vida de más de 200.000 personas.
El informe Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) "Guatemala Nunca Más", documenta más de 55.000 casos de violaciones a los derechos humanos, en los cuales, en la gran mayoría, responsabiliza al Ejército guatemalteco.
"Traemos a los estudiantes a visitar el lugar donde fue asesinado monseñor Gerardi, para mantener viva su memoria y para que conozcan el trabajo que hizo para lograr la reconciliación de los guatemaltecos", dijo a Acan-Efe una maestra del Colegio Belga, que acompaña a un grupo de muchachas de se centro educativo.
En el lugar donde fue asesinado el obispo ha sido instalada una exposición de fotografías que registran importantes momentos de su vida religiosa, las cuales "recuerdan cada una de las acciones que hizo a favor de la gente de este país, pero con especial énfasis para los más pobres", según explicó uno de los organizadores.
En las afueras de la casa parroquial de San Sebastián, niños de cinco a ocho años, con ropas de fatiga dibujan grandes carteles en los que piden "Justicia", "paz" y "perdón", los cuales son colocados en los muros de la parroquia.
Estas actividades forman parte de la conmemoración del décimo aniversario del violento asesinato del obispo, las cuales iniciaron el pasado lunes, y que concluirán mañana con la celebración de una ceremonia religiosa y un concierto musical.
Las actividades son organizadas por la Iglesia Católica y el Movimiento Monseñor Gerardi, integrado por 20 organizaciones humanitarias, las cuales se han dedicado a difundir el Remhi y darle seguimiento a las investigaciones que realiza la Fiscalía para encontrar a los responsables intelectuales del crimen.
Dos militares retirados, el coronel Byron Disrael Lima Estrada y su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, fueron condenados en junio de 2001 a 20 años de prisión como coautores de la ejecución del obispo guatemalteco.
El sacerdote Mario Orantes, quien era auxiliar del obispo, recibió una condena similar, por complicidad en el crimen.
Un tercer militar, el especialista Obdulio Villanueva, quien también fue condenado por este crimen, fue asesinado en prisión en febrero de 2005, durante un motín carcelario.
Los condenados insisten en que son inocentes de la muerte de Gerardi, y acusan a la Iglesia Católica de haber presionado a los tribunales para que fueran declarados culpables.
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