Una zanja contra tejos centenarios

CANGAS DE ONÍS (ASTURIAS).-  Unas obras en la iglesia de Abamia, en Corao (Asturias), han desatado todo un movimiento a favor de los tejos, los árboles considerados sagrados por nuestros antepasados celtas. Todo empezó por una zanja abierta al pie de las delicadas raíces del más valioso de estos tejos, una especie que ya crecía allí incluso antes que existiese la iglesia.

IGNACIO ABELLA

La zanja de la discordia.

El etnobotánico y abanderado de los tejos, Ignacio Abella, ha asegurado que desde las 25 entidades del ‘Conceyu del Texu’, organización constituida el pasado mes de abril de 2007 para defender a estos escasos y especiales árboles, se denunciará por vía penal los daños causados a los ejemplares de la iglesia de Abamia por la zanja de 30 centímetros de profundidad y 17 metros de largo que ha dañado las raíces de estos seres centenarios, el principal de ellos de 4,5 metros de perímetro.

Ignacio Abella, promotor del ‘Conceyu del Texu’ y de la Asociación de Amigos del Tejo’ es autor de un excepcional trabajo sobre el tejo publicado en el número 11 de la revista ‘Asturies de Belenos’ con el título "El texu arbol sagrao de la nuesa memoria" del que hay una referencia en Celtiberia.net. También es autor del célebre libro ‘La magia de los árboles’.

Según este especialista, «los daños provocados al ‘Texu de Abamia’ podrían causar su muerte dentro de unos años». Un técnico del Principado de Asturias ha dictaminado, sin embargo, que las obras y la zanja no afectan a los tejos, aseveración que Abella y otros botánicos rechazan alegando que una parte de las raíces de estos árboles se encuentran justo en esos 30 centímetros cercanos a la superficie que han sido cortadas por la apertura de la zanja.

Los tejos de Abamia van más allá de su valor botánico. Abamia, es el panteón del rey Pelayo y fue una necrópolis megalítica vadiniense, asociada al tejo, según estudiosos que investigaron el tema. Por si fuera poco el escándalo con los tejos, la restauración de la capilla de Abamia, culpable de las obras por las que se abrió la zanja, está causando una polémica adicional por haberse enfoscado los muros de piedra, amparándose en que ese era su aspecto original.

La lucha por defender los tejos ha generado, como ocurrió ya con el acebo o el pinsapo, el abeto andaluz, que un árbol se incorpore al ranking de especies emblemáticas de la naturaleza, como el oso pardo, el quebrantahuesos o el lobo, que polarizan las campañas conservacionistas y la atención de la opinión pública. La veterana organización conservacionista FAPAS, que lleva años plantando miles de tejos en la cordillera cantábrica, entre otras especies de árboles, ha incluido en sus planes de acción la lucha por los tejos.