Salamanca.- El folclorista salmantino Ángel Rufino de Haro, conocido popularmente como "El Mariquelo", ha sido fiel, como cada 31 de octubre, con la tradición de escalar hasta la cúpula de la Catedral de Salamanca, aunque por primera vez en 23 años, no ha podido coronar la veleta, por orden del Cabildo.
A pesar de que el buen tiempo era un aliado de "El Mariquelo" en su 23 ascensión, Ángel Rufino ha tenido que conformarse con llegar hasta el "cupulín" de la torre catedralicia, ya que el Cabildo salmantino decidió días atrás que no volvería a dejarle subirse hasta la veleta por el peligro que conlleva.
Ante miles de turistas y salmantinos que se han congregado en las inmediaciones de la Catedral, en la Plaza de Anaya y la calle de La Rúa, el folclorista no ha defraudado en su peculiar y peligrosa ascensión en algunos tramos de los 112 metros que separan el suelo del exterior de la cúpula catedralicia.
Como ya ocurriera el pasado año, las dificultades económicas y la malas cosechas, han estado presentes en las tradicionales peticiones del folclorista, que ha rogado a Dios, en esta ocasión, "por los que están sufriendo en estos tiempos de crisis de todo tipo, económico, cultural, de valores".
Para ello, ha animado a los ciudadanos a "recapacitar y darnos cuenta de lo poco que supone el poner nuestro granito de arena para poder ayudar a los más necesitados".
También, y como viene siendo habitual en las últimas ediciones, ha reclamado la declaración de Bien de Interés Turístico Regional para una tradición que se remonta a 1755, cuando en la capital salmantina se dejaron sentir las consecuencias del terremoto de Lisboa.
A las 11.30 de la mañana, ataviado con su traje charro y varios amuletos, comenzaba la ascensión "El Mariquelo", para hacer una primera parada en la que ha explicado a los presentes el origen de esta tradición que hunde sus raíces en el siglo XVIII.
Desde la balconada de la Catedral ha interpretado una "charrada", compuesta por él mismo para la ascensión y que toca cada 31 de octubre.
Posteriormente, ha continuado su ascenso hasta lo alto de la cúpula de la torre de la Catedral, donde ha vuelto a interpretar otro tema suyo al son de la gaita y el tamboril tocados por él mismo, soltando una paloma blanca como símbolo de la paz mundial.
La tradición de "El Mariquelo" data del 31 de octubre de 1755, cuando se hicieron sentir en la ciudad salmantina las consecuencias del terremoto de Lisboa.
En el momento en el que comenzaron los temblores, se celebraba una eucaristía en la Catedral y los fieles, así como los vecinos de la ciudad, se resguardaron en su interior convencidos de que se trataba del fin del mundo, según narra la tradición popular.
Por efecto del temblor, la campana mayor de la Catedral, la conocida como "María de la O", comenzó a tañer, sin que nadie la tocara, lo que produjo la admiración de los presentes.
Pasado el terremoto y al no haberse registrado ninguna víctima, el Cabildo de la Catedral promulgó un edicto en el que se decía que la víspera de Los Santos una persona subiría a tocar la citada campana y comprobar el estado de la torre.
La familia que entonces vivía dentro de la catedral y se encargaba de esta labor, que era conocida como "los mariquelos", continuó cumpliendo la orden de subir a la torre, hasta 1976, mientras que diez años después Ángel Rufino recuperó la tradición.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.