Bruselas.- La Presidencia sueca de turno de la Unión Europea (UE) ofrecerá esta mañana a los estados miembros del Este una nueva propuesta sobre la contribución de cada país a la ayuda internacional a naciones en desarrollo en la lucha contra el cambio climático.
Los líderes europeos analizarán en la sesión de hoy del Consejo Europeo esta nueva sugerencia que aboga por tener en cuenta "la situación y la capacidad de desembolso de los estados miembros menos prósperos", según el borrador del texto de conclusiones.
En declaraciones a la entrada de la reunión, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaité, consideró la oferta "un poco mejor" que el borrador anterior.
No obstante, Suecia menciona también en el documento que la contribución de la UE y sus socios a la financiación pública internacional "deberá basarse en una clave de reparto general mundial", algo que temen los socios del Este porque podría aumentar su esfuerzo.
Está por ver si esta nueva opción convence a países como Polonia que se han mostrado reacios a aprobar ningún acuerdo sobre financiación de la lucha contra el calentamiento global antes de aclarar la fórmula de reparto de la carga financiera dentro de la propia UE.
La Presidencia también intenta responder a las preocupaciones de Francia y Alemania, que consideraban inapropiado mencionar cifras concretas a estas alturas de las negociaciones.
A este propósito, se ha limitado a hacer suyas dos de las tres estimaciones generales sobre las necesidades de financiación de los países en desarrollo.
El borrador de conclusiones en su forma actual recoge que el coste adicional neto de la lucha contra el calentamiento global en los países en desarrollo podría ascender a alrededor de 100.000 millones de euros anuales en 2020, que se cubriría mediante una combinación de sus propios esfuerzos, el mercado internacional del carbono y la financiación pública internacional.
La Presidencia también sugiere incluir una estimación sobre la magnitud de la financiación pública internacional que debería situarse entre los 22.000 y 55.000 millones de euros anuales en 2020.
En cuanto a la financiación adelantada que necesitarían los países en desarrollo entre 2010 y 2012, las conclusiones simplemente "toman nota" de los cálculos de la CE que sitúan las necesidades entre los 5.000 y 7.000 millones de euros anuales, aunque precisan que "se determinará una cifra a la luz del resultado de la Conferencia de Copenhague".
Asimismo, añade que tanto la UE como los estados miembros "están dispuestos a contribuir con la parte que les corresponda equitativamente de esos gastos".
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