Islamabad.- El Ejército paquistaní aseguró hoy haber matado a once insurgentes y sufrido la baja de un soldado en los combates de las últimas 24 horas en la operación a gran escala contra la insurgencia talibán en la región tribal de Waziristán del Sur.
En un comunicado, el mando militar explicó que otros dos miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos en la operación "Rah-e-Nijat" (Camino de la Liberación), que se desarrolla desde hace doce días por tierra y aire en esta demarcación noroccidental fronteriza con Afganistán en la que también buscan refugio miembros de la red terrorista Al Qaeda.
La ofensiva tiene lugar fundamentalmente en el tercio nororiental de Waziristán del Sur, territorio habitado por la tribu "Mehsud", a la que pertenece la cúpula de los talibanes paquistaníes incluido su líder, Hakimulá Mehsud.
En las áreas meridionales de la región y las limítrofes con Afganistán, así como en la vecina Waziristán del Norte, las autoridades han llegado a acuerdos de no agresión con los cabecillas insurgentes más influyentes.
Según la nota, cinco "terroristas" y un soldado fallecieron en combates registrados en el "eje Jandola-Sararogha", donde las tropas "están consolidando posiciones" desde la estratégica Kotkai, capturada este sábado, hasta Sararogha, la segunda principal población del enclave en conflicto.
En otro de los frentes, las fuerzas gubernamentales mataron a seis integristas y continuaron "expandiendo el perímetro de seguridad" en torno al bastión talibán de Kaniguram, que ayer aseguraron haber "cercado".
Desde el inicio de la operación, el mando militar ha informado de la muerte de 275 insurgentes y 32 soldados, aunque estas cifras, que no incluyen a civiles, carecen de comprobación independiente por la ausencia de reporteros y trabajadores humanitarios en la zona de conflicto.
Unas 163.000 personas han huido de Waziristán del Sur (con una población estimada en medio millón) desde el comienzo de los combates a los distritos vecinos de Tank y Dera Ismail Khan, las cuales se suman a otras 80.500 que abandonaron la zona desde el pasado junio, en la fase previa de la ofensiva, según datos facilitados hoy a Efe por la ONU.
En un comunicado, la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que muchos civiles continúan atrapados en la zona de conflicto, donde prevalece un toque de queda que sólo es levantado durante periodos breves.
HRW hizo un llamamiento a Ejército y talibanes para que "minimicen el sufrimiento y las bajas de civiles".
"Desafortunadamente, la conducta del Ejército paquistaní en operaciones anteriores en las áreas tribales no inspira confianza en su habilidad para salvaguardar los derechos humanos y asegurar la protección de los civiles", lamentó el organismo.
Mientras, tanto los talibanes como Al Qaeda han negado haber perpetrado el atentado con coche bomba registrado ayer en un mercado de la ciudad noroccidental de Peshawar y que causó la muerte de al menos 111 personas, según sendos comunicados recogidos hoy por el rotativo paquistaní "The News".
Habitualmente en Pakistán, las acciones terroristas que matan a un gran número de civiles no son reivindicadas por ninguna organización.
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