Granada.- Un grupo de tres arqueólogos, auxiliados por otras dos personas, ha comenzado hoy, con los trabajos previos de delimitación del terreno, la excavación de cuatro de las seis posibles fosas de Alfacar (Granada) en las que podrían estar los restos de Federico García Lorca.
La excavación, que según las previsiones se prolongará al menos durante dos meses, se llevará a cabo de forma manual, con pico y pala, por lo que el trabajo será más "lento, arduo y preciso", han informado a Efe fuentes de la Consejería de Justicia.
Bajo la dirección del doctor en Arqueología e investigador del Instituto Andaluz de Geofísica Francisco Carrión Méndez, el grupo de arqueólogos, entre los que se encuentra él mismo, se emplea desde las 8.00 horas de hoy en las labores para delimitar, limpiar y cuadricular el terreno en el que se ubican las cuatro fosas consideradas de mayor interés por los expertos y sobre las que se intervendrá en una primera fase.
En concreto, se han establecido seis delimitaciones del terreno aunque en la zona en cuestión sólo se hayan acotado cuatro posibles enterramientos, según las fuentes, que han precisado que ayer por la tarde ya se iniciaron los preparativos para limpiar y despejar el terreno.
Esas cuatro fosas se ubican en un espacio de unos 200 metros cuadrados, dentro del Parque Federico García Lorca de Alfacar, que en las últimas semanas ha sido delimitado por una estructura metálica recubierta por una carpa para preservar los trabajos de las inclemencias meteorológicas y garantizar la intimidad de las actuaciones.
Los posibles restos óseos que se encuentren a medida que se vayan abriendo las fosas, una a una, serán trasladados al Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, dirigido por José Antonio Lorente, para su identificación con ADN en el caso de los fusilados cuyas familias así lo han solicitado, lo que en principio excluye a los del poeta, cuyos herederos han sido siempre contrarios a la exhumación.
No obstante, la familia de Federico García Lorca se ha reservado el derecho a identificar los restos genéticamente, por lo que no han descartado esa posibilidad llegado el caso, como tampoco lo han hecho los descendientes de Dióscoro Galindo, quienes, tras discrepancias en la familia, optaron por oponerse a la exhumación del cuerpo de este maestro republicano enterrado allí.
La decisión de la Junta de Andalucía de abrir la fosa responde por tanto a la petición cursada por los familiares de otros tres de los fusilados y enterrados en la fosa en cuestión -el banderillero Francisco Galadí, el inspector Fermín Roldán y el restaurador Miguel Cobo-, además de a la solicitud hecha por la CGT en memoria del también banderillero Joaquín Arcollas, que no tiene descendientes, por lo que su identificación sólo podrá ser antropológica.
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