Tegucigalpa.- El Gobierno de facto de Honduras rechazó hoy las especulaciones en torno a una posible relación de la crisis con un secuestro y dos asesinatos de personas cercanas al régimen, al tiempo que seguidores de Manuel Zelaya negaron vínculos con esos hechos y pidieron una investigación rápida y contundente.
El empresario Alfredo Jalil, padre del viceministro de Defensa Gabo Jalil, fue secuestrado hoy, tras el asesinato de Enzo Micheletti, sobrino del gobernante de facto, y del coronel de las Fuerzas Armadas Concepción Jiménez, en hechos registrados en los últimos días.
"No podemos especular, no queremos entrar" a manejar esos posibles vínculos, declaró a la prensa el ministro de Defensa Adolfo Sevilla, mientras que el viceministro de Seguridad Saúl Bueso señaló que se hace un trabajo "intenso" de investigación para esclarecer los hechos.
El portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Ramiro Archaga, dijo a Efe que la institución prefiere "no especular porque es muy delicado" y "el impacto sobre la ciudadanía es bastante fuerte y puede causar un impacto negativo".
El dirigente campesino Rafael Alegría, miembro del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado que exige la restitución del depuesto presidente, señaló a Efe que las autoridades deben "rendir un informe rápido y contundente" sobre estos hechos.
"A nosotros eventualmente no se nos puede vincular porque hemos declarado que somos un movimiento pacífico", aseveró Alegría, quien recordó que el país está "inmerso" en la violencia provocada por la delincuencia común, el narcotráfico y el crimen organizado.
Alfredo Jalil fue secuestrado hoy por varios hombres armados cuando salía de su casa a bordo de su automóvil en una colonia (barrio) de lujo de Tegucigalpa cercana a la Casa Presidencial.
Los secuestradores hicieron al menos un disparo en la puerta izquierda del vehículo de la víctima, según relató a la prensa la esposa del empresario, Gloria Mejía de Jalil.
Según la señora, su esposo "iba solo" en el vehículo, tiene 80 años y requiere de medicamentos de forma permanente pues sufre problemas de presión arterial y diabetes.
El secuestro de Jalil se registró después de que el fin de semana apareciera asesinado en el norte del país Enzo Micheletti y varios desconocidos mataran a tiros el domingo en Tegucigalpa al coronel Concepción Jiménez, gerente de la Industria Militar de las Fuerzas Armadas.
Gloria Mejía de Jalil afirmó a la prensa que el secuestro de su esposo "no es delincuencia común", sino que vinculó el hecho al conflicto político, e incluso habló de "un complot que viene de Venezuela, que viene de Nicaragua y de El Salvador".
"Lo único que les pido es que tengan piedad de la gente mayor. Nosotros no somos culpables de lo que está aconteciendo", solicitó, y precisó: "A mi querido amigo Manuel Zelaya, si está oyendo (...) que por favor lo suelten".
La familia Jalil es de antigua militancia en el gobernante Partido Liberal, y tanto Alfredo Jalil como su esposa fueron diputados, mientras que ella también fue aspirante a alcalde de Tegucigalpa.
El portavoz de la Policía, Orlin Cerrato, indicó a Efe que la investigación del secuestro "se mantiene bajo secreto" y agregó, sin dar detalles, que "hay avances" hacia el esclarecimiento de los crímenes de Micheletti y Jiménez.
"Vamos a analizar si son hechos aislados", subrayó el ministro de Defensa, y añadió que en las investigaciones se va a "trabajar con realidades".
El viceministro de Seguridad aseguró a los periodistas que "el despliegue de las fuerzas investigativas es bastante amplio e intenso" para esclarecer el secuestro de Jalil.
Zelaya fue detenido y expulsado del país por militares el pasado 28 de junio, y horas más tarde el Congreso nombró en su reemplazo a Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo y cuyo Gobierno no reconoce la comunidad internacional.
El pasado 21 de septiembre, el destituido mandatario regresó clandestinamente a Tegucigalpa y permanece en la embajada de Brasil.
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