Naciones Unidas.- El relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, pidió hoy a EE.UU. que demuestre que su programa de ataques con aviones no tripulados contra presuntos terroristas en Pakistán no viola el derecho internacional.
"Estados Unidos es el que tiene la obligación de explicar que este tipo de armamento no se utiliza para realizar ejecuciones extrajudiciales", dijo hoy Alston en conferencia de prensa, tras presentar su informe anual a la Asamblea General de la ONU.
El jurista australiano señaló que quisiera saber quién gestiona el programa de los aviones armados no tripulados, qué precauciones se adoptan para no violar el derecho internacional cuando disparan sus misiles y cómo se evalúan los resultados de cada bombardeo.
"Lo que debería hacer EE.UU. es mostrarse dispuesto a hablar sobre esta materia, ya que de otra manera la situación en la que nos encontramos es la de un programa de la CIA que mata a un considerable número de personas sin rendición de cuentas", afirmó.
Alston lamentó la negativa del Gobierno estadounidense a discutir los detalles de su programa de aviones no tripulados, por considerarlo "fuera del ámbito" de los órganos de derechos humanos de las Naciones Unidas porque se utiliza en el contexto de un conflicto armado.
"Este argumento es insostenible", destacó el relator de la ONU, ya que, en su opinión, colocaría fuera del escrutinio internacional acciones como las de los grupos armados en la República Democrática del Congo o en otros conflictos en los que se han violado los derechos humanos.
Los ataques con aviones no tripulados de Estados Unidos en zonas de Pakistán cercanas a la frontera afgana fue una de las materias que Alston trató en su comparecencia ante la Tercera Comisión de la Asamblea General para presentar su informe.
Sin embargo, el documento se centra mayoritariamente en el fenómeno de los linchamientos de delincuentes en la calle y la actuación de las patrullas ciudadanas.
En relación a los ciudadanos que se toman la justicia por su mano, asegura que es una situación que se presenta en todas las regiones del mundo con muy pocas excepciones y considera que las autoridades, en general, le prestan una atención insuficiente.
El informe advierte que más a menudo de lo que se cree hay vínculos entre los responsables de estas ejecuciones extrajudiciales y los aparatos estatales, pese a que la supuesta razón de fenómenos como las patrullas ciudadanas es la aparente incapacidad del Estado para combatir la delincuencia.
La mayoría de las víctimas suelen ser rateros o delincuentes de poca monta acusados de pequeños robos, que son perseguidos por multitudes y sometidos a ejecuciones "espantosas" que suelen incluir palizas, desmembraciones y linchamientos.
Alston también destaca que en la gran mayoría de los casos el castigo es desproporcionado al presunto delito del que se acusa al sospechoso, y cita un estudio brasileño sobre los linchamientos cometidos en el país entre 1979 y 1982, en el que se atribuye gran parte de los mismos al robo de productos baratos.
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