Manila.- Un mes después del paso de la tormenta tropical "Ketsana", el primero de los dos temporales casi consecutivos que devastaron el norte de la isla filipina de Luzón, 1,5 millones de afectados siguen hoy sumidos en la miseria a pesar de la llegada de ayuda internacional.
El secretario de Agricultura de EEUU, Tom Vilsack, anunció hoy en Manila un plan de 8,5 millones de dólares (5,65 millones de euros) en asistencia para las víctimas de ambas catástrofes naturales, pero la magnitud de la destrucción ha sobrepasado todas las estimaciones de las autoridades.
En algunos distritos de la capital, los residentes afirman que el agua sigue llegando hasta la cintura y los desechos se acumulan en las áreas más pobres cuando se cumple un mes desde que "Ketsana" descargara sobre el área metropolitana la mayor cantidad de lluvia en los últimos cuarenta años.
Según el Gobierno, 163.000 personas permanecen en centros de evacuación y se estima que 2,7 millones de personas que residían en las zonas afectadas necesitarán ser realojadas.
Estas zonas podrían permanecer anegadas durante varios meses ya que algunas remodelaciones urbanísticas han obstruido los sistemas de drenaje natural cerca de los lagos.
En algunas zonas montañosas al norte de Luzón, que además del "Ketsana" sufrieron luego el azote del tifón "Parma", sigue habiendo pueblos fantasmas debido a los numerosos derrumbamientos.
Además, la incidencia de la bacteria leptospirosis, expandida a través del agua contaminada con orina de ratas, perros y otros animales, ha matado a 175 personas solo en Manila y sus alrededores, desde las inundaciones provocadas por los tifones.
Durante diez días, "Parma" tocó tierra hasta tres veces en la mitad norte de Luzón, causando 465 muertos, 34 personas desaparecidas y 4,2 millones de damnificados, de los que unos 32.000 continúan en centros de acogida.
Sin embargo, algunas ONG advierten de que el saldo mortal ha superado ya los 700 tras el hallazgo de nuevos cadáveres en la región de Cordillera.
El pasado 26 de septiembre, "Ketsana" inundó cerca del 80 por ciento de Manila y provocó 464 fallecidos y 37 desaparecidos.
Varios expertos han identificado el chabolismo y la deforestación descontrolados como los principales factores de la catástrofe humana que causa los desastres naturales en Filipinas, donde han quedado en evidencia el pésimo estado de las infraestructuras, así como la falta de preparación y medios de los que disponen las autoridades para responder a las emergencias.
Entre 15 y 20 tifones y un sinfín de temporales y sistemas de baja presión suelen pasar cada año por Filipinas durante la estación lluviosa, que transcurre entre junio y diciembre.
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