Seúl.- Un tribunal de Seúl declaró hoy culpable de malversación de fondos y adquisición ilegal de óvulos al científico surcoreano Hwang Woo-suk, que en 2004 engañó al mundo al anunciar que había clonado embriones humanos.
El investigador, elevado a la categoría de héroe nacional tras la pretendida clonación, fue condenado a dos años de cárcel en suspensión, lo que supone que no irá a prisión, aunque a cambio deberá estar tres años bajo vigilancia de las autoridades.
El tribunal suspendió su pena de cárcel al tener en cuenta que, pese a sus artimañas, el caído padre de la ciencia surcoreana es una autoridad en clonación animal en Corea del Sur y que el dinero malversado se destinó a asuntos relacionados con la investigación.
No obstante, reconoció la manipulación de las investigaciones por parte del científico sobre clonación de embriones humanos, lo que le otorgó prestigio mundial, pero no le condenó por ello porque la Fiscalía no había presentado cargos en este sentido.
La corte del Distrito Central de Seúl, encargada de un proceso que se ha prolongado durante más de dos años, le declaró culpable de haber malversado 830 millones de wones (470.000 euros) y de comprar óvulos humanos para sus experimentos, algo prohibido por las leyes surcoreanas de bioética.
El tribunal dictaminó hoy que el delito cometido por Hwang, veterinario especializado en reproducción animal, es "grave" e insistió en que "las investigaciones científicas no deben pasar los ámbitos legales".
La Fiscalía, que había pedido cuatro años de prisión para el investigador, manifestó su intención de apelar la sentencia.
Tras conocerse el fallo, el doctor estrechó la mano de sus seguidores en la sala y se marchó sin hacer ninguna declaración a los medios congregados en el tribunal.
En dos diferentes publicaciones, en 2004 y 2005, Hwang, de 56 años, anunció que había conseguido clonar un embrión humano y extraer células madre de él, lo que en teoría podría facilitar la creación de tejidos humanos.
De haber sido cierto, este descubrimiento, que le llevó a las páginas de las revistas científicas de todo el mundo, incluida la prestigiosa "Science", habría abierto las puertas a la curación de enfermedades como la diabetes o el alzheimer.
Sin embargo, en enero de 2006 una comisión de investigación de la Universidad de Seúl confirmó que Hwang, considerado entonces una eminencia mundial, había falsificado los resultados de sus experimentos y que nunca existieron tales células madres conseguidas de pacientes específicos.
El propio científico, que llegó a ser director del primer banco mundial de células tras el engaño, admitió haber falsificado algunos datos de sus investigaciones.
El caso del "doctor clon" provocó tal polvareda que Corea del Sur prohibió la investigación con células madre embrionarias hasta marzo de 2007, cuando el Comité Ético Genético surcoreano levantó el veto con la condición de utilizar sólo óvulos descartados de inseminaciones artificiales.
Lo que la comunidad internacional sí ha reconocido a Hwang es la primera clonación con éxito de un perro en 2005, un galgo afgano llamado "Snuppy".
Tras la falsa réplica de las células madres que llevó a su encumbramiento y posterior caída, Hwang retomó la investigación y actualmente trabaja en un laboratorio local, de nuevo en el campo de la clonación, aunque con su reputación ya manchada para siempre.
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