Oviedo.- El Príncipe de Asturias ha abogado hoy, ante la actual situación de España con el paro como la consecuencia más dolorosa de la crisis, por llevar a cabo una reflexión colectiva", trabajar "codo con codo" y crear nuevas bases "para crecer y generar empleo"·
Don Felipe, que ha presidido esta noche acompañado de la Princesa de Asturias y en presencia de la Reina la ceremonia de entrega de los Premios Internacionales que llevan su nombre en su XXIX edición, ha reiterado su confianza "en la capacidad" de los españoles para construir un futuro más sólido y equitativo", como ya lo demostraron "con creces" en las últimas décadas".
En el discurso con el que se ha puesto fin a la entrega de los galardones, el Príncipe ha matizado que el paro "hiere nuestra dignidad como seres humanos y constituye nuestra principal preocupación".
Don Felipe ha apostado por que "sin miedo" y con la mirada en el futuro trabajemos "cohesionados," codo con codo y con espíritu constructivo", para hacer el camino sin "esperar que sean otros los que resuelvan lo que a nosotros nos corresponde afrontar" poniendo en ese esfuerzo individual y colectivo "toda nuestra capacidad de emprender, de imaginar e innovar".
Ha añadido que la situación actual "exige a los Estados" que faciliten la protección social necesaria y la puesta en marcha de todos los medios para que jóvenes y desempleados "puedan incorporarse cuanto antes a la vida laboral".
Y en España en concreto, ha puntualizado el Príncipe, "la crisis nos muestra que necesitamos nuevas bases para crecer y generar empleo" para que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas con dignidad, seguridad y confianza en el futuro.
En sus palabras ha expresado la necesidad de que prevalezca el espíritu constructivo para situar a España en el lugar que le corresponde en ese nuevo mundo en permanente transformación de estos principios del siglo XXI, porque ese nuevo escenario sitúa a España y las otras naciones con las que compartimos creencias y valores "ante una encrucijada".
Hacer frente a esa situación, ha matizado Don Felipe, "es nuestra responsabilidad. Es la responsabilidad de todos. Es lo que los españoles demandan y lo que juntos, sin duda, conseguiremos".
El Heredero de la Corona ha manifestado que ya "no es posible un orden económico internacional estable y próspero sin valores que lo inspiren" y sin la cooperación de los Estados, de la misma manera que ante el avance tecnológico la educación no es "sólo un derecho fundamental" sino una exigencia imprescindible para acceder al mundo del trabajo".
El Príncipe ha expresado su agradecimientos a los organizadores de los Premios y a los galardonados, de los que ha dicho son "modelos supremos de esfuerzo sacrificado, inteligencia, nobleza, espíritu de superación y de cuantas cualidades enaltecen a los seres humanos".
Del Premio de la Artes, el arquitecto británico Norman Foster, ha destacado su trabajo comprometido con las nuevas tecnologías y el medio ambiente, y ha resaltado que la Salud, categoría en la que se distinguido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) es uno de los mayores retos y objetivo prioritario de la cooperación multilateral.
Ha explicado que gracias al Premio de Ciencias Sociales, el también británico David Attenborough, cada día somos más conscientes de la necesidad de preservar el medio ambiente y que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)- Comunicación y Humanidades- ha extendido su labor más allá de las aulas para difundir la pasión por el conocimiento y el amor a la enseñanza en libertad.
Todavía, ha manifestado Don Felipe, desconocemos el alcance del impacto social del teléfono móvil, obra de Martin Cooper, y del e-mail, creado por Raymond Samuel Tomlinso, ambos de Estados Unidos y distinguidos en la categoría de Investigación Científica y Técnica.
Del escritor albanés, Ismaíl Kadaré, premio de las Letras, ha resaltado su obra, un canto a la tolerancia y a la libertad, que a menudo y a consecuencia de los totalitarismo y sus mecanismos más perversos tuvo que expresarse con alegorías.
Del Premio del Deporte, la rusa Yelena Isinbayeva, el Príncipe ha destacado sus valores humanos y deportivos que le han reconocido a los 27 años como la mejor atleta del mundo, y de Berlín, Premio de la Concordia, ha subrayado, en el XX aniversario de la caída del muro, que con ese acto "se inauguró una nueva época, tal vez más incierta e imprevisible, pero más humana y más libre".
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