Pekín.- Cuatro tibetanos condenados a muerte por la justicia china por participar en los disturbios del Tíbet en 2008 fueron ejecutados en Lhasa el pasado 20 de octubre, informó hoy en un comunicado el Movimiento Tibetano Global, formado por 166 organizaciones de todo el mundo.
En un documento firmado por todas las organizaciones, éstas aseguran que la decisión china "es una afrenta a los estándares judiciales internacionales", y afirman que las ejecuciones "están claramente politizadas".
Dos de los ejecutados, Lobsang Gyaltsen y Loyak, fueron sentenciados a muerte el 8 de abril por haber causado incendios en los que perecieron siete personas de la etnia han, mayoritaria en China.
Los datos sobre los otros dos ejecutados no están claros, reconoce el Movimiento Tibetano Global, aunque señaló que uno de ellos se llamaba Penkyi, quien, de acuerdo con la prensa oficial china, fue condenado a muerte en abril por quemar dos tiendas de ropa en las que murieron seis personas.
El comunicado asegura que los ejecutados "no tuvieron un juicio justo", y pone en duda que tuvieran la oportunidad de apelar ante instancias judiciales nacionales.
También apunta que la muerte de los cuatro tibetanos "es una muestra de que China usará todos los métodos que disponga para intimidar y acabar con cualquier oposición a su ocupación del Tíbet".
Según Lhadon Tethong, director de la asociación de Estudiantes por un Tíbet Libre, es la primera ejecución de tibetanos desde 2003 y "una señal de la alarmante escalada de la campaña violenta del Gobierno de China para castigar, intimidar y silenciar a tibetanos que se atreven a protestar contra el poder chino".
Tethong, cuya organización tiene su sede en Nueva York, pidió al presidente estadounidense, Barack Obama, que use su próximo viaje oficial a China en noviembre para condenar esas ejecuciones y "tomar acciones concretas para ayudar a que termine la ocupación china del Tíbet".
Las peores revueltas tibetanas en 20 años, el 14 de marzo de 2008 en Lhasa, causaron la muerte de 18 civiles y un policía, y desataron otras protestas en zonas de esa etnia del suroeste de China.
Los tibetanos en el exilio aseguran que la represión de las fuerzas de seguridad chinas tras las protestas causó más de 200 muertos.
La respuesta china a las protestas motivó peticiones de boicot de los Juegos Olímpicos de 2008 y manifestaciones contra el régimen comunista al paso de la antorcha de Pekín 2008 por ciudades de todo el mundo, aunque la competición deportiva no se vio afectada.
La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) denunció en su informe anual sobre la pena de muerte que en 2008 fueron ejecutadas al menos 2.390 personas en todo el mundo, el 72 por ciento de ellas en China.
AI afirmó que la cifra en China puede ser más elevada, ya que los datos sobre las condenas de muerte y las ejecuciones son un secreto de Estado en el país asiático.
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