Con motivo del estreno de 'Bullying', la nueva película de Josecho San Mateo —que llega a las salas este viernes—, hablamos con su director sobre el cada vez más tristemente célebre tema del acoso escolar, un fenómeno nada reciente que, sin embargo, está adquiriendo mayor virulencia y morbosidad. Además, aprovechamos la ocasión para recordar algunas de las películas que se han acercado a esta temática desde las diversas perspectivas (y casi siempre con un final análogamente trágico).
Aunque el término sea relativamente novedoso —sobre todo en los países de lengua no inglesa, donde bullying se ha aceptado de manera unánime como palabra para etiquetar el acoso escolar—, la violencia en las clases existe desde que el hombre es hombre y edificó el primer colegio. Sin embargo, en los últimos años "la edad ha descendido, los niños empiezan a centrarse en el acoso a un compañero de clase ya con nueve o diez años, y lo hacen con mucha más saña", comenta San Mateo, quien se ha centrado en la vida de un joven adolescente para llevar a la gran pantalla "una historia de bullying, pero también de terror".
No es la primera vez que el cine recoge esta temática, de hecho cada vez está ganando más protagonismo incluso en películas que, a priori, no se centran en el bullying. Es el caso de la reciente 'Déjame entrar', un relato de ficción donde se auna el género vampiresco con el acoso infantil, y cuyo resultado fue un sorprendente drama gélido del que ya se planea un remake made in Hollywood que dirigirá Matt Reeves —responsable de 'Monstruoso'—. También de nacionalidad sueca fue 'Evil', un filme en el que se reflejaba, a veces de manera bastante cruda, la situación de pánico que viven los alumnos de un distinguido internado y que se ganó la meritoria nominación al Óscar como mejor película de habla no inglesa en 2004.
Volviendo a la línea "terror-acoso", nos podemos remontar unas cuantas décadas atrás para rescatar de la filmografía de Brian De Palma 'Carrie', una cinta en la que la violencia sufrida en el instituto sirve como hilo conductor para tejer una historia de mucho miedo inspirada en la novela homónima de Stephen King, ese autor que ha dado tantos millones de dólares a Hollywood con sus obras —algunas más maestras que otras—.
Y es que no es necesario recurrir al drama fácil ni al compromiso social para retratar este lamentable fenómeno. "Quería hacer una película dura, fría y distante, lo menos parecido a un docudrama, pero, aunque ésa es la intención de 'Bullying', tengo miedo de haber reflejado situaciones que se puedan tomar como ejemplo por algunos jóvenes", explica San Mateo. El director ha querido "huir de la moraleja, de los tópicos donde el bueno es muy bueno y el malo es muy malo", si bien reconoce que "al hacer una película de este tipo siempre hay gente que se conciencia, lo quieras o no".
Así, existen varios ejemplos de cintas que han llevado a la gran pantalla el bullying sin pretensiones de aleccionar ni de estigmatizar a los acosadores. Es el caso de 'Elephant', donde Gus Van Sant exponía sin ningún tipo de juicio de valor el camino que recorren dos jóvenes desde que planean una masacre en su instituto hasta que la llevan a cabo, casi todo ello fruto de una situación de marginación escolar.
Bastante más difícil de digerir por su crudeza es 'Klass', donde algunas escenas consiguen remover la conciencia del más indiferente espectador. De origen alemán, esta película de Ilmar Raag tenía varios puntos de semejanza con la también europea 'Ben X', en la que el discurso formal combina el videojuego —acercando, de esta manera, al espectador a la forma de ver la vida de su protagonista, que sufre autismo— con la vida real.
Pero si hemos dicho que la Palma de Oro de Van Sant no daba ninguna respuesta y era un mero instrumento expositivo, en esta 'Ben X' se dan todos los ingredientes para aprender la lección, algo que volveríamos a ver recientemente en la española 'Cobardes' o en 'La ola', donde el mobbing infantil se trata de forma paralela a otro tema, un experimento pseudo-nazi en una escuela alemana, todo ello inspirado en hechos reales.
De momento, y lejos de frivolizar, parece que el tema en cuestión funciona tanto en taquilla —con contadas excepciones— como en otro tipo de géneros culturales, aunque tememos que esto mismo pueda hacer del acoso escolar un medio para granjear beneficios —algo que ya está ocurriendo, por ejemplo, en los informativos, cada vez más dados al morbo—. ¿Qué opinas? ¿Crees que se está utilizando el bullying para vender?
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