Naciones Unidas.- La Asesora Especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en cuestiones de género, Rachel Mayanja, pidió hoy evitar que la infancia pague el precio de la crisis económica, que ha profundizado la pobreza en el mundo.
Mayanja señaló que las familias pobres de los países en desarrollo son las que más están sintiendo los efectos de la crisis iniciada el año pasado con el desplome de los mercados financieros.
"Se ven obligadas a sacar a los niños y, sobretodo las niñas, de las escuelas para ahorrase dinero, ponerlos a trabajar, y eso tiene consecuencias a largo plazo", advirtió la asesora del organismo internacional en una conferencia de prensa con motivo de la conmemoración el pasado sábado del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
La jornada de este año se centró "en la suerte de los niños y las familias atrapadas en la pobreza", y la obligación de respetar el contenido de la Convención de los Derechos del Niño.
Mayanja resaltó que las reducciones en los presupuestos de educación y salud que se han visto obligados a realizar algunos países en desarrollo pueden causar daños "difíciles de ver ahora", pero que se hará evidente en el futuro.
"Son oportunidades que no se pueden recuperar y que contribuyen a perpetuar el ciclo de la pobreza", apuntó.
Por ello solicitó que las diferentes propuestas de la comunidad internacional a la crisis económica no pierdan de vista "el bienestar de la infancia" entre sus prioridades.
El llamamiento de Mayanja se suma al del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien en un mensaje institucional divulgado el viernes pidió que se lleven a cabo "inversiones correctas y acciones concretas" para profundizar los logros alcanzados en la lucha contra la pobreza, que se ven amenazados por la crisis económica.
Resaltó que existe "una coyuntura crítica en la lucha contra la pobreza", por lo que "es el momento de prestar más atención a los vulnerables y asegurar que el mundo cumple sus promesas".
El máximo responsable de la ONU también recordó que la difícil situación de la economía mundial tras el desplome el año pasado de los mercados financieros han empujado a cien millones de personas más a la pobreza y ha destruido 50 millones de puestos de trabajo.
La Asamblea General declaró en 1993 el 17 de octubre como el Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, una iniciativa que fue impulsada por Francia y Burkina Faso, y respaldada por el resto de países de la organización mundial.
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