LOS ÁNGELES.- "Érase una vez un niño que jugaba en el jardín de su casa con un globo que su padre, un científico, había inventado, cuando...". Como si de la narración de un cuento se tratase, mientras millones de personas mirábamos atónitos el globo plateado, en el que supuestamente viajaba Falcon Heene, era bonito pensar que quizá el niño, inspirado por la maravillosa película 'UP', había decidido aventurarse en un viaje por los cielos de Colorado. Y que al rescatarlo, contaría a la Policía que aunque había pasado miedo, había merecido la pena tan increíble aventura.
Pero, lamentablemente, la vida no es un cuento y esta historia más que fascinante es patética. El niño nunca estuvo en el globo y su padre no es un científico loco sino un actor en busca de publicidad. Tampoco hay nada de travesura o de aventura. Tan sólo un guión mal hecho por unos padres que no han dudado en utilizar a sus hijos para hacerse famosos y en el futuro vender su vida a un reality show.
"El matrimonio Heene se conoció en una escuela de arte dramático en Hollywood. Son unos actores que nos han vendido un show que nos hemos tragado. Además, hemos analizado el globo y no tiene capacidad para volar con un niño de ese peso". Con estas palabras el sheriff del condado, Jim Alderden, explicó anoche a los medios —tras haber registrado el domicilio de los Heene y haber requisado varios ordenadores— que era un montaje, una gran mentira. "Al principio todo parecía real. Hemos interrogado a los tres niños por separado. Los padres nunca opusieron resistencia a que habláramos con los niños o registrásemos el hogar familiar. Parecían sinceros y afectados por lo ocurrido", continuaba el sheriff. "Hasta que los entrevistaron en Larry King Live —un programa de CNN— no nos dimos cuenta de que algo iba mal".
Y es que el matrimonio Heene había preparado muy bien a sus hijos para hablar con la Policía. De hecho los tres hermanos, de diez, ocho y seis años, contaron a los detectives la misma versión: "Pensábamos que Falcon estaba en el globo pero al final estaba escondido en el desván". Los investigadores les creyeron.
Quizá si los padres hubieran cerrado la puerta de su casa en este momento y celebrado en la intimidad que "su hijo estaba vivo" hoy no estarían acusados de conspiración, presentación de falso testimonio a las autoridades, inducción a la delincuencia de un menor e intento de influir sobre un funcionario público. Pero el show debía continuar y, después de comparecer ante los medios en la puerta de la casa, accedieron a ser entrevistados en directo y en horario de máxima audiencia en la CNN. Eso sí, obviando que mentir ante millones de espectadores en directo no es fácil para nadie, pero menos para un niño de seis años.
Wolf Blitzer —que sustituía a Larry King en su programa diario—, después de dejar que el padre contara su historia de globos, experimentos y familia que ama la ciencia, preguntó directamente a Falcon que si podía explicar si oyó a la Policía gritando su nombre y, si lo hizo, por qué no salió del desván. "Hum, eh, vosotros dijisteis que lo hacíamos por el show", dijo el niño mirando a su padre. Richard, el padre, salió al paso diciendo que probablemente el crío lo decía porque les había oído hablar de que los medios querían hacer creer a la gente que esto era un montaje, pero no convenció. El pastel se había descubierto.
Entonces la familia Heene decidió que lo mejor para 'tapar' la metedura de pata de Falcon era dejarse entrevistar de nuevo por otro programa. En esta ocasión el niño no tuvo oportunidad de hablar porque mientras su padre contaba la misma historia de la familia feliz que ama la ciencia empezó a vomitar delante de millones de espectadores. Cada intervención en la tele era peor. La Policía no tardó en anunciar que la investigación había dado un vuelco y que trataba de reunir las pruebas necesarias para acusarles de haber hecho un montaje.
Los medios de comunicación han jugado un papel esencial en toda esta historia. Por un lado, se puede reprochar a todos los medios, desde el más pequeño hasta el más grande, —en España el telediario de TVE de Pepa Bueno, en Estados Unidos, NBC, ABC, CNN, y todos los portales de internet del mundo— que siguieran la historia en directo cuando nadie había podido confirmar que ese globo tuviera un niño dentro. Pero también hay que reconocer que lejos de dar por buena la versión de la Policía que aseguraba que "nada hacía sospechar que fuese un montaje", los periodistas siguieron investigando y uno de ellos fue capaz de sacarle la verdad a Falcon. Una declaración que obligó a los investigadores a interrogar de nuevo a la familia y registrar otra vez la casa, donde esta vez sí encontraron evidencias de que todo era una farsa.
Según fuentes policiales, la idea de Richard Heene era aprovechar el tirón del suceso para vender la idea de un reality show sobre una familia de científicos. Anteriormente ya habían participado en un programa de televisión llamado 'Wife Swap', en el que dos familias se intercambian a la madre por unas semanas. También solían colgar de YouTube sus aventuras en busca de tornados y huracanes.
Ésta no sería la primera vez que un padre trata de sacar tajada de sus hijos a través de la tele. En la actualidad, hay muchos programas sobre familias atípicas en la parrilla estadounidense. Los protagonistas de algunos de ellos como Jon & Kate plus 8 —un programa sobre un matrimonio joven con ocho hijos— han ganado millones de dólares dejando que las cámaras filmen las vidas de sus gemelas (nueve años) y sixtillizos (cinco años), mientras ellos resuelven un divorcio de lo más tormentoso delante de los espectadores. La 'octomom' de California, Nadia Sulivan, sería otro claro ejemplo de una persona obsesionada con tener un programa sobre su familia. Sulivan se sometió a un tratamiento para quedarse embarazada de octillizos y así poder tener un 'show' en televisión. Al final se salió con la suya y pronto estrenará su ansiado programa. Luego está Toddlers & Tiaras, un show en el que los padres de niños entre tres y ocho años les obligan a participar en concursos de belleza por todo el país.
Richard tenía claro que su familia podía ser la siguiente y, según TMZ, se había puesto en contacto hace meses con TLC, una cadena especialista en realities, para venderles la idea, pero no llegaron a un acuerdo. El sheriff ha asegurado que sospechan que alguna empresa de entretenimiento está metida en el ajo, pero no ha especificado de cuál se trata.
Pero nada salió como Richard esperaba, y tanto él como su mujer, Mayumi, se enfrentan a penas de hasta seis años de cárcel y una multa de medio millón de dólares. Además, los servicios sociales investigarán con lupa si sus hijos están siendo educados apropiadamente. El abogado de la familia, David Lane, ha asegurado que sus clientes están dispuestos a entregarse a la Policía para evitar "el espectáculo público y la humillación" de ser detenidos en presencia de sus hijos. Ahora la fama ya no les resulta tan apetitosa.
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