Berlín.- La Unión de la canciller alemana, Angela Merkel, y los liberales entraron hoy en la fase clave para la futura coalición de gobierno, a medio camino entre el optimismo por los síntomas de un "nuevo despegue" económico y el realismo impuesto por un aumento del desempleo que, lejos de amainar, se agravará en 2010.
La economía mejorará el próximo año y su retroceso en 2009 será "menos dramático" de lo temido, pero el aumento del paro obliga a la prudencia, según el resumen del ministro de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, al presentar hoy las nuevas previsiones, base de trabajo en las negociaciones de coalición.
Según el avance del ministro, todo apunta a que la exportación volverá a funcionar como el "motor" por excelencia de la economía alemana y se producirá el "nuevo despegue". Pero se trata de previsiones que deben tomarse como tales y que aún pueden alterarse, dada la "frágil situación" de la economía internacional.
Estas estimaciones coinciden casi al milímetro con las de los principales institutos económicos, publicadas ayer, y vaticinan que la contracción del Producto Interior Bruto este año será finalmente del 5 por ciento -"de todos modos, el peor resultado desde la posguerra", admitió- en lugar del 6 por ciento calculado la pasada primavera.
Para el próximo 2010 se volverá al crecimiento, con un 1,2 por ciento, frente al 0,5 por ciento previsto anteriormente.
Sin embargo, el desempleo afectará a unas 640.000 personas más, de manera que de la media de 3,5 millones de parados con que se cerrará el presente año -un incremento de 160.000- se saltará al siguiente a los 4,1 millones.
Guttenberg da por disipado el peligro de llegar a los cinco millones de desempleados, como se llegó a considerar. Pero esta claro que tales cifras "obligan a la prudencia".
El ministro de Economía, de la Unión Socialcristiano de Baviera (CSU), hizo coincidir la difusión de estos datos con un momento estratégico para la formación del nuevo gobierno de Merkel.
Tras casi dos semanas de negociaciones, abiertas una semana después de la victoria de Merkel en las generales del 27 de septiembre, la Unión y el Partido Liberal (FDP) siguen sin resolver sus diferencias en materia de rebajas fiscales.
De las reuniones en grupos de trabajo se pasó este viernes a una ronda global, considerada clave para delimitar contenidos y reparto de carteras, con vistas a presentar el nuevo equipo el próximo 23.
Durante todo el fin de semana, los nueve representantes de cada una de las formaciones -con sus respectivos presidentes, Merkel para la CDU, Horst Seehofer para la CSU y Guido Westerwelle, para el FDP- estarán encerrados en cónclave a busca de resultados concretos.
La Unión abrió la ronda hoy con el anuncio de una oferta mejorada acorde a las ambiciones de una rebaja fiscal sensible del FDP.
De los 15.000 millones de euros de descarga impositiva que hasta ahora se planteaba desde las filas de Merkel como posibles, dada la situación de las arcas públicas, se ha pasado a 20.000 millones.
El objetivo del FDP es una descarga de 35.000 millones de euros, a ser posible perceptible ya desde el próximo año. Por el momento, todo lo que hay es cierto consenso respecto a aliviar los impuestos sobre empresas, herencias y consumo energético a partir de 2010.
Al disenso fiscal se suman las diferencias en el ámbito de la sanidad pública -donde el FDP pretende aplicar recortes- y la política de seguridad.
Los únicos acuerdos destacables fueron el relativo a replantear el calendario de cierre de las plantas nucleares más seguras -aspiración compartida de entrada por ambas partes-, así como una mejora en las prestaciones a los desempleados crónicos.
Según el calendario avanzado por los medios, de concretarse equipo hasta el día 23, el fin de semana siguiente se buscaría su ratificación en sendos congresos por la CDU/CSU y el FDP.
La única fecha vinculante es la de la constitución del Bundestag (Parlamento), el 27 de octubre, pero si todo va de acuerdo al programa, el día 28 Merkel se sometería a su elección por la cámara.
Sea en esa fecha o en una posterior, Merkel quiere poder presentarse al frente del nuevo gobierno a más tardar el 9 de noviembre, en que recibirá en Berlín a líderes de todo el mundo en ocasión del vigésimo aniversario de la caída del Muro.
El camino no es tan fácil, vistas las ambiciones del FDP, que no se conforma con recuperar su antigua posición de socio de gobierno, sino que quiere dejar clara su impronta en el pacto de coalición.
Merkel fue reelegida con un 33,8 por ciento -el peor resultado de la CDU/CSU desde los años 50- y quedó en disposición de gobernar con el FDP gracias al auge de los liberales, con un 14,6 por ciento.
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