Berlín.- El nuevo ministro de Exteriores y número dos del Gobierno, Guido Westerwelle, accedió al Gabinete de la canciller Angela Merkel, tras años en el dique seco de la oposición, en los que se ha erigido en líder indiscutible de los liberales.
Westerwelle se enfrenta desde la cartera de Exteriores al desafío de equipararse, al menos en cuanto a prestigio, a antecesores liberales como Hans-Dietrich Genscher y Walter Scheel.
Su falta de experiencia en política exterior -y el poco tiempo que le ha dedicado en sus discursos hasta ahora- y su escasa sensibilidad diplomática pueden suponerle un obstáculo en su labor, aunque nadie duda de que posee la inteligencia y la versatilidad necesarias para adaptarse a su nuevo papel.
El pasado 27 de septiembre, las urnas dieron al Partido Liberal (FDP) el respaldo suficiente recuperar su puesto "natural" de aliado de los conservadores de la Unión (CDU/CSU) -desbancando a los socialdemócratas- y finiquitar la gran coalición.
La labor de Westerwelle como firme azote del Gobierno durante los últimos cuatro años, además de la erosión de votos de los dos grandes partidos alemanes, le ha permitido sacar a su formación del ostracismo parlamentario y auparlo al puesto de socio de gobierno, tras obtener los mejores resultados electorales de su historia.
El líder liberal se ha sacudido en los últimos años los lastres frívolos de su etapa más superficial, en la que se prodigaba en los platós televisivos alemanes, y se ha convertido en referente electoral para la clase empresaria, pese a que insiste por activa y por pasiva en que su partido lucha por las clases medias.
Nacido en 1961 y jurista de profesión, Westerwelle se incorporó a las filas liberales en 1983, accedió al puesto de secretario electoral en 1994 y, siete años después, alcanzó la presidencia.
El nuevo vicecanciller mantuvo durante años su orientación homosexual como un asunto privado, pese a que en los círculos políticos era sabido que mantenía una relación estable con el alemán Michael Mronz.
El líder liberal, que nunca se ha pronunciado en público sobre esa cuestión, ya acude, sin embargo, desde hace algún tiempo a actos públicos con su pareja y, desde su éxito electoral de septiembre, su relación se ha vuelto pasto de la prensa amarillista.
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