Si yo fuera un Restoin-Roitfeld...

... Cuántas cosas haría. Todas relacionadas con la moda, el eventismo y el fiesterío profesional porque esta familia no podría dedicarse nada mejor. Y es que con una matriarca como Carine Roitfeld, editora de Vogue Francia, sus vástagos estaban condenados a tener una de esas vidas como las que llevan, protagonizando campañas que ya quisieran muchas modelos que no están precisamente empezando, y rodeándose de la crême allá donde van. Los Restoin-Roitfeld, otra saga de esas que dan que hablar y casi siempre bien. Sí, de ésas que no tienen comparación en España.

Todo comenzó en 1954 con el nacimiento de Carine, una niña bien de un barrio pijo parisina -hija de un director de cine y de una señorona- que comenzó como modelo por motivos obvios pero que continuó su carrera profesional también detrás de las cámaras y como periodista de moda. Unida desde hace 30 años (que no casada) a Christian Restoin, un acaudalado empresario textil, lo hubiera tenido todo a su favor para ser una Preysler más pero ella prefirió seguir trabajando. En los 90 se unió a Mario Testino, y junto con el fotógrafo crearon sonadas portadas de Vogue Francia y Estados Unidos. También ha sido consultora de Tom Ford cuando estaba en Gucci, y después en Yves Saint Laurent. Desde 2001 dirige Vogue Francia y además es una sombra que se cierne siempre sobre su rival americana Anna Wintour, ya que cada cierto tiempo salta el rumor, siempre mentira, de que le va a arrebatar su puesto.


Carine es, por méritos propios, una de las mujeres mejor vestidas del mundo por su capacidad de ir a la última sin parecer disfrazada y de vestir clásica sin parecer una vieja. A diferencia de la Wintour, ésta sí puede gesticular y suele ofrecer una imagen cercana y hasta normal para ser una de las personas más influyentes dentro del mundo de la moda.

Así, sus hijos son una rara avis dentro del hijismo de, dado que ha sabido mantenerles lo suficientemente al margen pero vinculados a su profesión y popularidad como para no crear unos monstruos. Son dos, Julia y Vladimir Restoin-Roitfeld, de 29 y 26 años respectivamente. La mayor siempre ha estado muy familiarizada con las cámaras, y desde pequeñita ejerció de modelo para revistas como Vogue Bambini.

Ya como adulta, ha ejercido de imagen de Accessorize, una fragancia de Jil Sander, GAP, la cara de Black Orchid de Tom Ford o Glam Boulevard. Sin ser un gran bellezón ni excesivamente alta, siempre consigue seducir a la cámara con una sensualidad elegante y una sencillez pasmosas. Claro, al fin y al cabo, podemos decir que todo esto lo ha mamado y de verdad. Vive en Nueva York en un apartamento en el Noho que es totalmente de revista y en estos momentos se dedica... a ser it girl profesional y protagonizar listas de las mejor vestidas. Eso sí, no da un escándalo ’a la Paris Hilton y, si bien hasta ha compartido novio con ella, el millonario Stavros Niarchos, ahora vive discretamente su relación con el sueco Robert Konjic. Es muy habitual verla rodeada de los grandes capos del fashionismo mundial pero al menos no se aprovecha de ello para intentar vendernos, por ejemplo, una infumable línea de leggings a pesar de haber estudiado en la prestigiosa Parsons.

Junto con su hermanísimo menor Vladimir este verano Mango los seleccionó para su campaña con bastante buen tino. Además, por todos es sabido la pasión de esta casa por las hijas de y por las hermanas.

El benjamín de los Restoin-Roitfeld, Vladimir, estudió cine en California aunque su profesión actual es aún más difusa que la de Julia. Ha sido modelo, aunque su carrera se limita a dos campañas, una de Rock & Republic y la que realizó con su hermana. Mientras tanto, es más conocido por organizar sonadas fiestas durante la Semana de la Moda de Nueva York, siempre rodeado de caras conocidísimas. La verdad es que con esa progenitora, acceder a las agendas de cualquiera de los dos R-R tiene que ser un auténtico chollo. Para no dejar de hacer honor a sus orígenes, Vladimir sólo se relaciona con chicas que tengan que ver con la moda. Por ejemplo, la modelo Lily Donaldson fue su novia durante un tiempo, aunque ahora es bastante obvio que es Giovanna Battaglia quien ocupa su corazoncito. Esta mujer también se dedica a ‘sus modas’, es Editora de L’Uomo Vogue. ¡Todo queda en casa! Muchos verán inclinaciones edípicas en esta relación con otra de las socialites con un estilo más imitado del momento.

Vladimir y Julia, con muchas fiestas a sus espaldas, continúan siendo la imagen de la discreción. Es muy normal verlos juntos y hasta su madre, que acude orgullosa a los actos que prepara su retoño, puro glamour.

No, definitivamente no son ni los Hilton y ni siquiera los Casiragui. Los Restoin-Roitfeld están por encima de rumores, habladurías y jugosas exclusivas. Porque ellos lo valen y se han hecho valer.