Naciones Unidas.- La representante especial del secretario general de la ONU para los Niños en los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, pidió hoy a la comunidad internacional un incremento de los esfuerzos para proteger a los menores víctimas de la guerra en el mundo.
En un informe a la Asamblea General del organismo, la diplomática ceilanesa celebró el aumento del interés internacional por proteger a los niños atrapados en situaciones de conflicto que refleja la adopción este año en el Consejo de Seguridad de dos resoluciones sobre esta materia.
Ambos documentos fortalecen los mecanismos del organismo mundial para proteger a los niños víctimas de atrocidades en los conflictos armados y acabar con la impunidad de quienes cometen violencia sexual contra las mujeres y las niñas en esas situaciones.
"La violencia sexual contra mujeres y niñas no se puede tolerar por más tiempo, y todos aquellos con poder para impedir estas violaciones deben actuar", apuntó en un comunicado de prensa Coomaraswamy.
La representante especial advirtió de que la naturaleza cambiante de los conflictos bélicos complica la adopción de medidas para proteger a los civiles, que acaban siendo blanco de la violencia o "daños colaterales".
Resaltó en ese contexto la importancia de respetar la distinción entre población civil y combatientes que contempla la Convención de Ginebra y el derecho internacional humanitario.
Estos tratados comprometen a los ejércitos y grupos armados a tomar todas las medidas posibles para proteger a los civiles, particularmente a los menores.
"Las medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, son esenciales y deben formar parte integral de cualquier estrategia militar", apuntó.
Por ello, apremió a la comunidad internacional a regular el comercio global de armamento y progresar en la erradicación de las minas antipersonales y las bombas de racimo, lo que evitaría la muerte y heridas a numerosos menores.
Asimismo, Coomaraswamy celebró la repatriación a Afganistán del preso de Guantánamo Mohamed Jawad, que era menor de edad cuando fue detenido en diciembre de 2002 en Afganistán por presuntamente lanzar una granada contra dos militares estadounidenses y su traductor, quienes resultaron heridos.
"Ninguna persona menor de 18 años debe ser procesada por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad", afirmó la representante de la ONU, que reiteró su deseo de que otro preso de Guantánamo, el "niño soldado" canadiense Omar Khadr, también sea liberado.
Observó que se debe hacer saber la gravedad de sus acciones a los niños soldados que han tomado parte en la comisión de atrocidades, pero no en el contexto de un juicio por crímenes de guerra.
"No nos podemos olvidar de que son víctimas en primer lugar de la malicia y la crueldad de los adultos, por lo que se les debe rehabilitar y ayudar a encontrar un lugar de provecho en la sociedad", afirmó.
En ese sentido, indicó que el reclutamiento de menores sigue siendo un problema prominente en la agenda mundial de los defensores de la infancia, por lo que instó a aumentar el número de países signatarios del protocolo opcional de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Anunció que la ONU iniciará el año que viene una campaña para aumentar el número de ratificaciones del mencionado tratado.
También reclamó una mayor atención para los niños desplazados por la violencia, para que sean educados, reciban servicios básicos, gocen de libertad de movimiento y reciban protección de las agresiones sexuales.
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