Hacerse una foto en el Despacho Oval junto al presidente de los Estados Unidos es un reto que se proponen un buen número de políticos de todo el planeta. El lugar, que conocemos con precisión milimétrica y donde se supone que trabaja el hombre más poderoso del mundo, es también un plató que recuerda a los decorados de los parques temáticos donde padres y niños posan con sus personajes favoritos. Jugadores de golf , asesores y niños son bienvenidos a la sala. Obama es un político experto, bien asesorado y que entiende la fotografía como la poderosa arma de comunicación que es.
Y ayer llegó al escenario José Luis Rodríguez Zapatero. Un tipo bastante hierático, poco natural. Hay que hacerse la foto, que a fin de cuentas es el objetivo último del encuentro. Nadie recordará en breve las palabras pero quedará la fotografía para adornar hemerotecas. Este tipo de imágenes siempre tienen daños colaterales. La célebre foto de las Azores nos metió en una guerra y la que nos ocupa no nos va a librar de otra.
En realidad todo es bastante light. Tan medido que resulta insulso. Ayer, martes y trece, un día en el que el PP se empeñó en quitar protagonismo al presidente, Zapatero se hizo su foto de estadista, sin niñas góticas que entorpecieran el momento.
El resultado no ha sido gran cosa, la verdad. Ambos están sentados. Tomar asiento junto al poderoso (a su derecha) es símbolo de cercanía y de confianza. Los sillones están ligeramente girados y fuerzan el encuentro. Obama está cómodo y Zapatero no tanto. El presidente español cruza las piernas (algo arriesgado, aunque correcto, según los manuales del protocolo) y se apoya en el brazo mientras sus manos caen lánguidas sobre el muslo. Adopta una postura "poco masculina" ante el macho alfa de la reunión. El presidente de Estados Unidos, en cambio, domina la escena incluso en una silla. Los dos pies apoyados con firmeza en el suelo, las piernas ligeramente abiertas y las manos libres para controlar lo que ocurre a su alrededor.
Es la foto típica de un matrimonio de conveniencia. Obama es un gran profesional del asunto, Zapatero bastante menos, aunque ha evitado que le pasen la mano por encima del hombro. Incluso en alguna de las tomas parece hacerle "la cobra" al todopoderoso presidente que, dicho sea de paso, es pseudo negro (ambos tienen el mismo tono de piel). Algo es algo.
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