El Sol retira dos premios a BBDO Chile en pleno debate sobre los "truchos"

La organización de El Sol, Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria, decidió ayer desposeer a la agencia BBDO Chile de dos Soles de Oro obtenidos en la pasada edición por sendas gráficas para Playstation3. Una decisión que coincide en el tiempo con el resurgir por la polémica sobre "los truchos".

Esto de los truchos es como el eterno retorno nietzscheano, como un constante déjà vu, como el Día de la Marmota pero aplicado a la publicidad. Cada año voces en favor y en contra se alzan para discutir si es legítimo o no que se presenten a los diferentes concursos de publicidad piezas que, en el mejor de los casos, han sido pedidas por un cliente pero no han sido publicadas porque finalmente no han sido aprobadas por él y, en el peor, piezas que fueron realizadas por la agencia por su cuenta y riesgo sin que el cliente lo pidiera. En ocasiones extremas, las piezas que se presentan no sólo no han surgido del encargo previo del cliente, sino que la marca o compañía en cuestión que aparece en el anuncio ni siquiera forma parte de la cartera de clientes de la agencia que los realiza.

Como en todos los temas de la vida, aquí hay opiniones para todos los gustos: algunos creativos consideran que el trucho es un arte, un ejercicio de creatividad sin cortapisas que debe de ser contemplado en los concursos; para otros es un fraude porque no hay campaña que, en circunstancias reales, se pueda desarrollar con total libertad, sin estar sujeta a una serie de exigencias contempladas en un briefing.

Por su parte, las organizaciones de los concursos, cuyos ingresos quedarían muy mermados si hubiera una prohibición total a los truchos, prefieren afrontar el problema de perfil: unos censuran este comportamiento y ponen trabas (muy ligeras y fáciles de burlar, eso sí) en las bases para que ese tipo de piezas no puedan ser inscritas y otros, como el CdeC acepta los truchos con los brazos abiertos siempre que cuenten con la aprobación del cliente.

Sea como fuere, lo cierto es que todas estas discusiones se caracterizan por su total esterilidad. Se repiten y se olvidan cada año de la misma manera que se anuncia a voz en grito la construcción de un nuevo aeropuerto en Madrid cuando llegan las vacaciones estivales y, cuando disminuye la afluencia de pasajeros, se archiva la idea hasta Navidades o el verano siguiente.

Son casos contados aquellos en los que las piezas a concurso han sido retiradas de competición a pesar de que se sabía que eran truchos flagrantes o que se les ha retirado un premio por la misma razón después de haberlo obtenido. Por eso sorprende aún más la decisión de la organización de El Sol de retirar dos Soles de Oro a las gráficas Rommel y Juana de Arco de la campaña realizada para Sony/Playstation3 por BBDO Chile.

Nazis, doncellas y tsunamis

Según informa la prestigiosa revista Anuncios (a quiene debemos dar las gracias por haber descargado de su web las imágenes de las graficas de Playstation3) los problemas de esta campaña comenzaron cuando un internauta denunció la campaña por coquetear con el nazismo dado que en una de las gráficas aparece el Mariscal Rommel, mando del Afrika Korps, recibiendo una transfusión de sangre. Ante esas críticas, Sony/Playstation3 publicó un comunicado en el que afirmaba que la campaña no había sido aprobada por la compañía, lo que obligó a la agencia a reconocer que era un trucho creado para participar en festivales.

Sin dudar de la versión de Sony/Playstation, son muchos los casos en que los clientes les ríen las gracias a los creativos y, para hacerlos felices, les firman autorizaciones que les permiten publicar este tipo de piezas en medios aunque sean minoritarios y cumplir así con la exigencia de algunos concursos de que todos los trabajos deben haber sido publicados previamente o incluso les firman un documento en el que declaran haber autorizado la realización de la pieza. Son también muchos los casos en que cuando esas piezas, que no hay sido analizadas o reflexionadas por los anunciantes, provocan críticas o problemas, los clientes se desdicen, niegan haber solicitado esa pieza y cargan las culpas en la agencia, que siempre preferirá quedar en evidencia a perder la cuenta en cuestión.

Sin ir más lejos, en este blog se publicó la gráfica de la agencia JWT para la Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo que les adjuntamos, con motivo de un artículo sobre la abundancia de publicidad machista en el último festival de El Sol. Ante los comentarios de que dicha gráfica podría ser considerada homófoba, los responsables de la Fundación llamaron a la redacción de Soitu.es y declararon que esa gráfica había sido propuesta por la agencia pero nunca aprobada por ellos. Sea como fuere, y de nuevo sin dudar de su palabra, lo cierto es que la gráfica se presentó a concurso y fue aceptada por la organización pues cumplía con los requisitos de inscrición.

Esto nos lleva a la conclusión de que cuando las organizaciones de los festivales se deciden a retirar una pieza del concurso o desposeer a la agencia de un premio no lo hacen de buena gana ni motu proprio. Remolonean, se hacen los tontorrones y, cuando no queda más remedio, cuando, como en el caso que nos ocupa, es la propia agencia la que reconoce (o se ve obligada a reconocer) que el trabajo es un fraude, entonces proceden.

Tanto nos extraña y sorprende la actuación de El Sol que no nos queda más remedio que ponerlo en relación con un hecho acaecido la pasada semana: la retirada por parte de los responsables de The One Show de la pieza "Tsunami" de DDB Brasil para WWF (más o menos la división internacional de nuestra ADENA), un truchazo que no es diferente a otros muchos que seguro que han concursado en esta u otras ediciones de ese prestigioso festival, pero cuyo contenido, por muy verdadero que fuera, es material demasiado sensible para cualquier compañía, como lo es para Sony/Playstation3 vincularse, aunque sea por error, con el Tercer Reich.