Palencia.- La Fundación Oso Pardo (FOP) considera el veneno es un "problema en la Cordillera Cantábrica" y sostiene que "hay tres zonas, auténticos puntos negros" en ese sentido: la Montaña Palentina, los montes más occidentales y los Picos de Europa.
Por este motivo, la Fundación ha mostrado "su preocupación" al conocerse que la causa de la muerte de un oso pardo, cuyos restos fueron encontrados en el mes de abril de este año en el interior del Parque Natural de Fuentes Carrionas (Palencia), se debió a un envenenamiento.
La FOP, a través de un comunicado al que ha tenido acceso Efe, considera que al estar personados en el procedimiento judicial que investiga la muerte de este oso, han conocido "un informe en el que se sostiene que el oso murió por ingestión de Aldicarb, un producto tóxico y prohibido desde hace varios años".
Según los datos de la Fundación, en los últimos once años han aparecido envenenados cuatro osos en la Montaña Palentina, tres en Asturias y uno en Galicia.
Mantienen que "todos los indicios apuntan a que la presencia de veneno en la Cordillera Cantábrica se utiliza para combatir a los lobos, aunque no cabe descartar que algún desequilibrado también lo esté utilizando".
"Es un problema real y muy grave y necesita una acción muy contundente de las autoridades, tanto de las que tienen que prevenir como de las que tienen que investigar las rutas de distribución y uso ilegal de éstos y otros productos tóxicos", explica la FOP.
La entidad conservacionista considera "imprescindible" que las comunidades autónomas aprueben "con la mayor rapidez posible" sus estrategias para la lucha contra el veneno y que se celebre un encuentro de ámbito cantábrico "para analizar y buscar las mejores fórmulas para evitar más muertes".
El informe toxicológico realizado por el Laboratorio Forense de Vida Silvestre, de Madrid, ha confirmado que el oso hallado muerto en abril de este año en el interior del Parque Natural de Fuentes Carrionas murió por envenenamiento.
El producto tóxico "Aldicarb", según se desprende del informe al que ha tenido acceso Efe, se encontraba en las muestras analizadas, "en concentraciones que indicaban una exposición a cantidades muy superiores a la dosis letal para aves y mamíferos, exposición que normalmente se produce tras la ingestión de un cebo envenenado o el consumo de un animal envenenado con este tóxico".
El informe, que ha sido remitido ya al Juzgado de Instrucción número 1 de Cervera de Pisuerga, encargado de las diligencias de este caso, y también a la Fiscalía, sostiene que la cantidad encontrada en los restos de tejidos blandos del animal "permite descartar una exposición accidental tras una aplicación legal".
Los restos del oso pardo fueron hallados el pasado 21 de abril, inicialmente sin cabeza aunque posteriormente fue localizada en el interior de una vivienda de Herreruela de Castillería (Palencia), del municipio de Resoba, situado dentro del Parque Natural de Fuentes Carrionas.
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