La ciudad de Los Ángeles contra Roman Polanski

LOS ÁNGELES.-  Como bien explica el documental 'Roman Polanski: Wanted & desired', el director de cine más marcado por el drama y el escándalo de Hollywood es buscado y deseado a partes iguales. Polanski, de 76 años, fue arrestado este sábado en el aeropuerto de Zúrich donde había acudido para recibir un premio al conjunto de su obra. El motivo: una causa pendiente con la justicia estadounidense desde el año 1977 por el supuesto abuso sexual a una menor.

Polanski era consciente de que pesaba sobre él una orden de extradición, pero nunca pensó que podía ser detenido en Suiza, donde pasa desde hace tiempo temporadas en una casa que posee en la localidad de Gstaad.

Quizá el cineasta había olvidado que tiene un enemigo en forma de ciudad maldita que le persigue desde hace tres décadas: Los Ángeles. Aunque Polanski (París, 1933) no ha vivido muchos años en esta ciudad, aquí se han producido los episodios más dramáticos de su vida.

En las bellas colinas de Hollywood, su preciosa y joven mujer, la actriz Sharon Tate, embarazada de ocho meses, fue brutalmente asesinada —en su casa junto a otras cuatro personas— por miembros de la secta de Charles Manson, en uno de los episodios más espeluznantes y terroríficos de la historia del crimen de la ciudad. Su asesina, Susan Atkins —que curiosamente murió hace cuatro días en la cárcel—, aseguró que Tate fue la última en morir y que suplicó que no la mataran porque estaba embarazada. Sin embargo, Atkins tenía una misión y no mostró nunca piedad cosiéndola a puñaladas. Polanski se encontraba en Londres trabajando y estuvo durante tres años destrozado y sin rodar ningún material.

También en Los Ángeles se produjo el segundo gran suceso —por el que hoy se encuentra encarcelado— de la la vida del autor de obras como 'La semilla del diablo' (1968), 'Chinatown' (1974) o 'El pianista', por la que obtuvo el Óscar en 2002. Corría el año 1977 y Polanski se encontraba en el área de Mulholland, en la casa de Jack Nicholson, haciendo una sesión de fotos para la revista Vogue con una joven modelo de 13 años, Samantha Geimer. Después de este encuentro con la joven vendría otro y poco más tarde una acusación de abusos sexuales. El cineasta siempre reconoció que había mantenido relaciones con la menor, pero, según él, "consentidas". Samantha Geimer concedió una entrevista a la CNN en el año 2003 en la que aseguró que la había forzado a mantener relaciones. "Lo que hizo Polanski estuvo mal, me forzó. Estoy segura de que si pudiera volver atrás no lo volvería hacer. Cometió un horrible error por el que ha pagado con toda la mala publicidad posible para él. Fue hace 30 años, tengo un mal recuerdo de aquello, pero puedo vivir con él". Geimer también escribió una carta al diario Los Angeles Times cuando 'El Pianista' estaba nominada al Óscar en la que pidió a la gente que sólo juzgará a Polanski por sus obras y no por el incidente. La carta se titulaba 'Juzga la película y no al hombre'.

Pero la fiscalía de Los Ángeles no parece tener la comprensión y piedad de Samantha y le ha recordado que su ciudad maldita le espera para solucionar sus causas pendientes por huir cuando estaba "en libertad bajo fianza, pendiente de la resolución de un caso de violación a una menor". Anteriormente, había cumplido una pena de 42 días de cárcel.

Según las autoridades estadounidenses, la policía posee un historial que demuestra que la decisión de querer extraditarlo no es repentina. "En los últimos 30 años se han producido numerosos intentos de detención de Polanski en países como Inglaterra o Canadá, pero todas fueron fallidas. Además, Francia recibió una solicitud de extradición en 1994 y la Interpol tuvo una orden de arresto en 2005", asegura la fiscalía. La ministra de Justicia suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, ha explicado que la orden de arresto fue una petición de Estados Unidos y que en un "estado de derecho no se pueden hacer diferencias".

Sin embargo, no todo son acusaciones para Polanski y cuenta con tantos detractores como partidarios. Pocas horas después de la detención del director, sus defensores pusieron toda la maquinaria a funcionar e hicieron apariciones públicas para rechazar el arresto. Además, el testimonio ambiguo de Samantha que dice, en resumidas cuentas, que Polanski la violó pero que ya da igual porque fue hace muchos años, ha puesto en bandeja los argumentos de sus defensores.

El propio Polanski y otros colegas de profesión aseguran que el proceso judicial al que fue sometido en 1977 fue injusto porque las autoridades se dejaron llevar más por lo mediático del caso y por ofrecer escándalo a la prensa que por aplicar la ley. Ante tal situación Polanski decidió huir.

Diversas personalidades del mundo del celuloide y la cultura internacional como el director del Festival de Cannes, Gilles Jacob, Pedro Almódovar, Monica Belluci o Milan Kundera han firmado un manifiesto en el que exigen la inmediata liberación del director franco-polaco. "Dos democracias como Suiza y Estados Unidos no pueden caer en la indignidad de transformar a este genial realizador en mártir de un lío jurídico-político", reza el comunicado.

Pero los defensores de Polanski no son sólo colegas de profesión. El suceso es parte del debate político internacional y el ministro de Cultura francés, Frédéric Mitterrand, ha declarado que es "absolutamente horrible la detención en Suiza de ese cineasta de dimensión internacional debido a una historia antigua que verdaderamente no tiene sentido". El jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, anunció ayer que había escrito junto con su homólogo polaco a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, para pedir la liberación de Roman Polanski y acabar con esta historia "un poco siniestra".

Y tú que crees, ¿debe pagar Polanski su deuda con la justicia estadounidense?