Praga.- El Papa denunció hoy que con los avances de la información y de la tecnología se pretende separar la razón de la búsqueda de la verdad y que son muchos los investigadores de ese campo "obligados, de manera sutil y a veces no tan sutil, a plegarse a las presiones de grupos de intereses ideológicos y económicos".
El Pontífice también manifestó que en Europa se está intentando marginar la influencia del cristianismo de la vida pública bajo el pretexto de que sus enseñanzas son dañinas para la sociedad.
Benedicto XVI así lo afirmó en la lección magistral que pronunció ante el mundo de la cultura checa, reunido en el Castillo de Praga, y ante representantes del Consejo Ecuménico de la República Checa, con los que se reunió en el Palacio Arzobispal de Praga.
Ante profesores y estudiantes, entre ellos el Rector de la Universidad Carlo de Praga, la más antigua de Europa central, Benedicto XVI se presentó como "uno que ha sido profesor y ahora es el Papa" y afirmó que aunque algunos pretenden que las preguntas que surgen de la religión, la fe y la ética no tengan lugar en la vida pública, "esa visión no es para nada cierta".
Recordó que el cristianismo llevó al nacimiento de la universidad y denunció que la gran tradición formativa abierta a lo trascendente fue "sistemáticamente subvertida en esta tierra y en otras por la teoría restrictiva del materialismo, de la represión de la religión y de la opresión del espíritu humano".
"En 1989 el mundo fue testigo de manera dramática de la caída de una ideología totalitaria (el comunismo) fracasada y del triunfo del espíritu humano", agregó.
El Papa teólogo manifestó que el "anhelo" por la libertad y la verdad es "parte inalienable de la humanidad" y que "jamás" puede ser eliminado y negado "sin poner en peligro a la misma humanidad.
Y a ese respecto aseguró que la religión, las artes, la filosofía, la teología y las otras disciplinas científicas intentan responder a ese deseo.
Abogó por una formación integral de la persona y denunció que con el masivo crecimiento de la información y de la tecnología "nace la tentación de separar la razón de la búsqueda de la verdad" y advirtió que la razón "una vez separada de la verdad comienza a perder su propia dirección".
En su lección, el Papa denunció asimismo que actualmente son muchos los investigadores académicos "obligados, de manera sutil y a veces no tan sutil, a plegarse a las presiones de grupos de intereses ideológicos y económicos".
"¿Que puede ocurrir si nuestra cultura se tuviera que construir solamente sobre argumentos de moda y si el ansia de mantener una secularización radical acabase por separarse de las razones que dan la vida?, se preguntó el Papa, que aseguró que las sociedades "no serían más razonables o tolerantes, sino que serían frágiles y les costaría cada vez más reconocer lo que es verdadero, noble y bueno".
De nuevo volvió a condenar el relativismo, que dijo amenaza a la autonomía de las instituciones académicas y volvió a defender el binomio razón-fe para llegar a Dios.
Ante los representantes de las iglesias cristianas y dos judíos, el Papa subrayó que el cristianismo "no es una ideología" y tiene todavía mucho que ofrecer a la sociedad y que en Europa ha sido el motor del diálogo con otras culturas y religiones.
"Cuando Europa escucha la historia del cristianismo, escucha su propia historia. Sus nociones de justicia, libertad y responsabilidad social, junto a las instituciones culturales y jurídicas establecidas para defender esas ideas y transmitirlas a las generaciones futuras están plasmadas en su herencia cristiana", afirmó el Papa.
El Obispo de Roma, sin embargo, denunció que están emergiendo, bajo "nuevas formas", "tesis" para marginar el influjo del cristianismo en la vida pública, "con el pretexto de que sus enseñanzas son dañinas para el bienestar social".
Ante esa situación afirmó que los cristianos están obligados a mantenerse unidos a la hora de recordar a Europa cuáles son sus raíces, "no porque esas raíces estén secas, sino porque proveen al Continente del apoyo moral y espiritual que le permite establecer un diálogo significativo con personas de otras culturas y religiones".
Benedicto XVI concluye mañana su visita de tres días a la República Checa visitando la ciudad de Stará Boleslav, a unos 35 kilómetros de Praga, donde fue asesinado en el año 935 San Wenceslao, el patrón de los checos, y donde oficiará una misa.
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