Como si de dos estrellas de Hollywood en un photocall se tratase, los comentarios degradantes, jocosos, despectivos, pero también de apoyo e incluso admiración sobre la indumentaria de Alba y Laura Rodríguez Espinosa durante su visita al Metropolitan con los Obama se multiplicaban como chinches esta mañana en la red. Desde grupos de fans en Facebook y fotomontajes en blogs, pasando por debates y aperturas de los diarios online, hasta los que han retirado la noticia. Y todos ellos hacían referencia a la tribu urbana de los góticos. Muchos probablemente se preguntan de qué va esto.
Silvia Grijalba, periodista y música, sabe un poco del asunto. Además de admitir haber pertenecido durante su adolescencia al movimiento gótico, hace un repaso a éste en su libro 'Alivio rápido' (Plaza y Janés), que incluye un diccionario de tribus urbanas. "Los góticos nacen como último coletazo del punk, en los 80", contextualiza al otro lado del teléfono, aún sorprendida por el revuelo que han causado los vestidos negros y las botas de las hijas del presidente.
"Palabras que los definan pueden ser el negro, la muerte o los cementerios. Pero sobre todo es una de las tribus urbanas con más referentes culturales". Musicalmente, cuenta Silvia que entre las bandas más conocidas con algún tema gótico están The Cure, Rammstein, Bauhaus o incluso Marilyn Manson. "Los ritmos son continuación del punk, y las letras, generalmente bastante deprimentes", explica.
Suelen devorar libros, sobre todo novelas de terror de finales del siglo XVIII y principios del XIX, lo que se ha denominado 'literatura gótica'. A ésta le deben su iconografía, el gusto por los lugares en ruinas, los castillos, los vampiros o los fantasmas. 'El castillo de Otranto' de Horace Walpole es una de las lecturas obligatorias, junto a las novelas de William Beckford o Ann Radcliffe, además de un puñado de autores más.
Pero, como en todas las tribus urbanas, las posibilidades y ramificaciones son infinitas. Víctor, dependiente de Touch Me, una tienda de moda gótica del centro de Madrid, puntualiza que lo de Alba y Laura es "un gótico arreglado, de ir a la Casa Blanca. Muy alemán, más sobrio que lo que se lleva aquí o en Japón". En su local no hay nada igual; "es que eso no se vende España, probablemente lo hayan comprado en el extranjero", argumenta.
Unos números más abajo de la calle Colón, en otra tienda del mismo rollo, J. Canovas, Alejandra y Denis están indignados con el asunto: "Esto es un insulto, un despropósito". Y, curiosamente, no lo dicen porque se hayan difundido las fotos de las menores, porque se hayan publicado y después retirado o porque las niñas se hayan ido de viaje oficial, sino porque el modelo de las hijas del presidente no cumple con todos los 'requisitos'. Cuenta Alejandra que "las botas que lleva Laura son una copia de las New Rock". New Rock es una marca que hace 20 años calzaban artistas como Madonna, Antonio Banderas o el difunto Michael Jackson, pero que hoy sólo va acompañada de tejidos negros.
En su tienda oficial de la capital, Daniel asegura que éstas "y las Demonia son las botas que llevan los góticos". Negras, de cuero, con placas metálicas y tachuelas, en la tienda hay varios modelos que podrían ser el de Laura. El dueño del comercio no da crédito, no entiende tanto revuelo: "No estoy seguro de que sean de esta marca, tampoco veo que tengan mucha pinta de góticas, la verdad". "Es que parecen un par de monjas 'progres' o de una secta", bromeaba Alejandra minutos antes con el tono habitual de los fundamentalistas de las tribus urbanas que no dejan lugar para los cambios. Ella explica que la estética gótica para mujer es mucho más ceñida, hasta los pies, con mangas anchas de transparencias, escotes pronunciados, terciopelo... Un look 'mujer fatal' que no se parece ni por asomo a las "túnicas", como las llama Denis, de las hermanas.
"Pobres, se nota que sus padres les han pasado una lista con lo que obliga el protocolo y este ha sido el resultado". Sin saberlo, probablemente Alejandra casi haya dado con la clave: ¿quién no ha insistido en ponerse algo fuera de lugar siendo adolescente y ha tenido que llegar a un acuerdo con sus padres para poder ir a una fiesta o una reunión?
En Arise, también en el centro de Madrid, Víctor cuenta que "las chicas góticas para ir a una boda o un tipo de evento así compran vestidos medievales". Una muestra de estos, en un maniquí, se erige en medio de la tienda: puntillas, telas estampadas y escudos, parece salida de alguno de los castillos deshabitados que tanto inspiran a esta tribu urbana. "Ropa como la de las hijas de Zapatero hace ya dos años que no vendemos", dice al tiempo que recoge una falda de terciopelo ceñida, entre el top ten de ventas. "Ahora la tendencia es una mezcla entre el cómic y el gótico". Allí también se pueden adquirir brazaletes como los que lleva Alba, que según Daniel, el dueño de la tienda de New Rock, "no tiene por qué ser ningún síntoma de pertenecer a una tribu urbana. Hoy en día las niñas pijas llevan de éstas a todas partes".
Pertenezcan o no a la tribu urbana en cuestión, el retrato de los Rodríguez Zapatero con el matrimonio Obama está dando para muchas cadenas de e-mails entre colegas, para muchos grupillos de cotillas en la calle y para debates en muchos frentes. Y ahora todo el mundo conoce a las dos niñas que el presidente había escondido tanto tiempo y que ayer posaron para un fotógrafo oficial de la Casa Blanca.
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