Santiago de Chile.- Los restos óseos encontrados hoy en terrenos de un antiguo campo del Ejército chileno al norte de Santiago corresponden a indígenas, informaron a Efe fuentes que participan en los peritajes que se realizan en el lugar.
El hallazgo tuvo lugar en el sector de Peldehue, a unos 35 kilómetros de Santiago, utilizado antiguamente como campo de maniobras por el Ejército y donde en el pasado se encontraron restos de detenidos desaparecidos.
No obstante, los peritajes han determinado que las osamentas corresponden a restos de indígenas, cuya antigüedad no se conoce, y no a detenidos desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Los hallazgos incluyen una osamenta humana aparentemente completa y otros restos óseos, junto a los cuales se encontraron varios objetos pertenecientes a esa cultura indígena, que tampoco ha sido identificada.
En el lugar han trabajado antropólogos forenses del Servicio Médico Legal (SML) y funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI), quienes no van a continuar con el análisis de los restos, cuyo destino aún no se conoce.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, ya advirtió hoy de que se debía actuar "con mucha precaución", pues existía la posibilidad que se tratara de restos de antiguos indígenas, como así ha ocurrido.
En la zona trabaja actualmente una empresa constructora que realiza excavaciones para construir una escuela perteneciente al municipio de Colina.
La osamenta fue encontrada por obreros de la construcción, a unos dos kilómetros del punto donde en 2001 fueron hallados, en una fosa común, unos 500 fragmentos de piezas óseas.
Tras una exhaustiva investigación de aquellos restos, la jueza Amanda Valdovinos determinó que correspondían a una docena de colaboradores del presidente Salvador Allende apresados en La Moneda el 11 de septiembre de 1973, durante el golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet.
La investigación determinó que las víctimas fueron llevadas ese día al regimiento de Artillería Tacna, donde se les torturó, y al día siguiente se les trasladó a Peldehue.
En el lugar, confesaron posteriormente algunos ex militares procesados, los prisioneros fueron alineados al borde de la fosa -previamente excavada- y ametrallados; posteriormente, para asegurarse de su muerte, los soldados lanzaron granadas sobre los cuerpos.
Cinco años después, tras la aparición de cadáveres de algunos detenidos desaparecidos, Pinochet, según el expediente, ordenó la operación "retiro de televisores", consistente en la exhumación de los cadáveres, que fueron metidos en sacos amarrados a rieles y lanzados al mar.
En el caso de Peldehue, donde la exhumación se hizo con una máquina excavadora, quedaron en el lugar, pese a todo, restos óseos que sirvieron para el proceso de identificación de las víctimas.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet unos 2.300 chilenos fueron asesinados por agentes del Estado, de los cuales unos 1.192 están considerados aún como detenidos desaparecidos.
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